28 de marzo de 2024

Un refrán, cayó-calló, por que, traducción

Profesor y catedrático, algunos años; rebuscador, otros tantos, y hoy, escritor y defensor ferviente de nuestro hermoso lenguaje castellano.
15 de agosto de 2017
Por Efraim Osorio
Por Efraim Osorio
Profesor y catedrático, algunos años; rebuscador, otros tantos, y hoy, escritor y defensor ferviente de nuestro hermoso lenguaje castellano.
15 de agosto de 2017

Quisquillas de alguna importancia

efraim osorio

En otra página de El Tiempo, ‘Cali’, descuellan los terminachos ‘lactatón’ y ‘bachetón’. Sólo faltó ‘cachetón’. ¡Qué enormidad! 

Los refranes, como los chistes, no tienen dueño conocido. Seguramente alguien los dijo primero, pero nadie sabe quién. Como ‘La frase’, de la página editorial de LA PATRIA del 4 de agosto de 2017, fue destacado el refrán “Donde una puerta  se cierra, otra se abre”, y atribuido a Cervantes. Es cierto que en el capítulo XXI de la Primera Parte de El Quijote (1605) el genio del castellano lo cita, así: “Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: Donde una puerta se cierra, otra se abre”. Contemporáneos y paisanos de Cervantes –y no sé si juntos hubiesen trasegado vasos de vino– fueron don Sebastián de Covarrubias y don Gonzalo Correas, quienes también lo citan. Se encuentra además en el “Lazarillo de Tormes”, de autor desconocido y publicado en 1554. Es decir, que este refrán ya pasaba de boca en boca en el siglo XVI y, probablemente, desde antes. Hay refranes, ¡cómo no!, ‘atribuidos’ a personajes, entre ellos, aquel que dice “A enemigo que huye, puente de plata”, atribuido al Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba (1453-1515), y citado también por Cervantes. Nota: Cuando un dicho o refrán contienen enseñanzas, especialmente de conducta, y fueron dichos o escritos por personajes famosos, se llaman ‘apotegmas’. ***

Para nosotros, los sonidos de la ‘elle’ y la ‘ye’, al pronunciarlas, son casi iguales. Y esto nos lleva a cometer errores cuando escribimos las palabras que las contienen. Esto le sucedió a la señora Mariela Giraldo Restrepo, que escribió lo siguiente con motivo del fallecimiento de su mamá: “Y se fue hoy, callo este roble que nos acompañó por tantos años…” (LA PATRIA, Supimos que, 4/8/2017). En esta frase se le trastocaron los verbos ‘callar’, regular, y ‘caer’, irregular, pues en lugar de escribir ‘cayó’, escribió ‘calló’ (supongo que la tilde se le quedó en el teclado). ‘Callar’ se conjuga como ‘amar’, y ‘caer’, de la primera clase de irregulares, como ‘nacer’: su pretérito simple es, por lo tanto, como sigue: ‘caí, caíste, CAYÓ, caímos, caísteis, CAYERON’. La ‘ye’ de estas terceras personas, como la del gerundio ‘cayendo’ (‘nacer’ hace ‘naciendo’) y de otros tiempos (‘cayera’, ‘cayere’), se debe a la falta de la ‘ce’ en el infinitivo. *** 

Son diferentes la conjunción causal ‘porque’ y la locución conjuntiva que expresa finalidad, ‘por  que’. El editorialista de LA PATRIA las confunde en la siguiente frase: “…a la aplicación de esta norma y velar porque sea respetada…” (2/8/2017). En ella debieron escribirse separados los dos elementos, puesto que su autor no expresa la causa, sino la finalidad de esa norma, lo que se entiende a cabalidad si se sustituye por ‘para que’. El Diccionario, valga la verdad, tampoco las distingue, pero me parece que debería, pues es más lógica la segunda grafía, que, además, hace más entendible la idea del redactor. Hay que tener en cuenta también que con esta grafía –‘por que’–, cuando el segundo elemento es pronombre relativo, se expresa la razón o el motivo de alguna acción, por ejemplo, “ese fue el motivo por que no se presentó”, que equivale a “ese fue el motivo por el cual…”. Construcción poco frecuente. El mismo fenómeno se presenta cuando las mismas palabras son interrogativas, -¿por qué?- , grafía que también tiene contradictores, como el académico don Roberto Restrepo. ¿Por qué? Responde que en textos antiguos se encuentra ‘¿porqué?’, aunque, añade, no hay uniformidad en las distintas ediciones de la misma obra. ¿Gustos? ***

Otra ‘Frase’ mal traducida, esta vez de la página editorial de El Tiempo: “La vida no se trata de encontrarse a uno mismo, sino de crearse a uno mismo” (7/8/2017). En su idioma original, inglés, de George Bernard Shaw, dice: “Life is not about finding yourself, life is about creating yourself”, que debió ser traducida así: “La vida no consiste en (), sino en…”. ‘Tratarse de’, como verbo impersonal, no admite sujeto. No, señor. ***

En otra página de El Tiempo, ‘Cali’, descuellan los terminachos ‘lactatón’ y ‘bachetón’ (5/8/2017). Sólo faltó ‘cachetón’. ¡Qué enormidad!

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