28 de marzo de 2024

En los 66 del presidente Santos

Fue director de Colprensa y ha sido corresponsal de Radio Francia Internacional y de la DW (Voz de Alemania).
11 de agosto de 2017
Por Óscar Domínguez
Por Óscar Domínguez
Fue director de Colprensa y ha sido corresponsal de Radio Francia Internacional y de la DW (Voz de Alemania).
11 de agosto de 2017
El ciclista Nairo Quintana aprovechó su encuentro con el Presidente Santos para obsequiarle la camiseta que utilizó en la Vuelta a España 2016.

Óscar Domínguez Giraldo

No se les puede creer ni lo contrario de lo que insinúan. Tienen mucho de actores. Mienten por negocio. Dicen la verdad por accidente. O por conveniencia. O azar. Viven en estado de falso positivo perpetuo. Clonaron la enigmática sonrisa de la Monalisa para despistar al rival.

Con su cara, dicen lo contrario de lo que piensan. O al revés. Ponen cara de retrato hablado.  No tienen principios sino un fin: la victoria.  (O dicen con Marx (Groucho, no Carlos): Si no le gustan mis principios se los cambio por otros).

Tranquilos que “sólo” solo estoy hablando de los jugadores de póquer. Uno de esos especímenes soy yo cuando juego cartas. Otro jugador es el presidente Santos, el Nobel de paz que hoy 10 de agosto cumplió 66 abriles. Japiberdi.

El póquer es como la vida, ha dicho el novel Nobel calumniando a la vida. O al póquer.

Antecesores suyos como César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana,  jugaban tenis para aliviar el estrés que genera el ejercicio del poder. Nunca perdían porque sobran los trepangos dispuestos a “hacer patria” o “construir país” dejándose ganar del príncipe. Enseguida pasan la hoja de vida de algún sacamicas. O la suya.

Debe haber más de un lagarto dispuesto a perder jugando póquer con Santos. Mejora el currículo tutearse con quien ganó las elecciones con un programa pero gobierna con otro. Algo tan insólito como derrotar una escalera flor con par seis, los de su cumpleaños.

En su elogio del póquer, Santos ha dicho que enseña a medirle el aceite al prójimo, cañando, arriesgando. El presidente Franklin D. Roosevelt aprovechaba este juego para allegar información privilegiada sobre su entorno. Y para evadir la dictadura del sanedrín de genuflexos que le colaban el aire. (El presidente Trump se burla de su entorno gobernando a tuiterazo limpio).

Sostiene (Santos, no Roosevelt) que para triunfar en el póquer es preciso conocer bien las reglas de juego. Y tener paciencia. “No te canses de pasar”, aconseja Santos, muy recordado por sus compañeros de pupitre de Kansas University.

Lo cuenta el periodista Tyler Bridges en el perfil que escribió para la revista de esa universidad cuando el antiguo alumno empezó a mandar. En la crónica, Santos se confiesa un “peleador de barriada”, capaz de darse en la jeta con el que diga pago.

Revela que alguien le aconsejó que si quería tener influencia siguiera en el periodismo pero si deseaba el poder real, debía dedicarse a la política. Reacción primaria de Juanma, como le dice su séquito, o quienes votamos por él la reelección cuando se comprometió con la paz: “Me sentí como si estuviera siendo descrito como un ambicioso hijo de …. “(favor llenar los inofensivos punticos).

En Kansas, cuenta Tyler traducido por Hernando Jiménez (autor de la novela “Un siglo de ausencia”, Página Maestra Editores), Santos arrasaba en las maratones de póker de sábados y domingos. Luego se clavaba en la biblioteca a estudiar como todo un brillante nerd que se graduó en siete semestres. Los compinches de jugarreta se iban a dormir, fundidos.

“Era muy bueno para tapar sus emociones”, recuerda el médico Jeff Joyce, clases 73/77, de Leawood.

Mezclaba póquer con rock de Jefferson Airplane, Carol King y Crosby, Stills and Nash.

Que no falte la maracachafa. “Sí, yo inhalé”, el eufemístico verbo por meterse un cacho. Sospecho que su arrepentido mecenas, el ex presidente Uribe, ignoraba semejantes antecedentes fumatéricos. (El expresidente Clinton, de USA, excandidato a primer damo de la nación, confesó en su momento que había aspirado, no fumado la mona. Algo tan insólito como decir que fulanita quedó parcialmente embarazada. Se es o no se es marihuano, be or no to be).

Otras confesiones de JMS a Bridges:”No se llega adonde yo estoy siendo solamente un buen tipo… A veces hay que pasar por encima de la gente… La política es algo que saca lo peor de la condición humana. Pero si se usa correctamente es muy gratificante. A veces hay que apostar duro. Y a menudo ser un poco frío, tener sangre fría, quiero decir”.  Les dejo el cuero … de JMS a quien Nairo Quintana le regaló hoy, día de su cumpleaños, la camiseta con la que ganó el año pasado la vuelta a España. (Bueno digamos que una réplica…).