28 de marzo de 2024

Ceguera

23 de junio de 2017
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
23 de junio de 2017
Hernando Arango Monedero

hernando arangoSí; ceguera es de lo que padecen los Senadores y Representantes. Y es que no puede ser otro el apelativo a darle a las actuaciones de estos, los mal llamados padres de la patria.
Y así fue como, para cerrar con broche de oro las sesiones ordinarias de esta legislatura, resolvieron darle pupitrazo limpio a unas leyes que al final no van a ser de la conveniencia que, presiento, quisieron ver en ellas los legisladores. Veamos:

Se aprobó una ley mediante la cual las mujeres pueden optar por su jubilación una vez tengan la edad y un número de semanas menor a las establecidas para todos los ciudadanos. Resulta, de una parte, discriminatoria la ley, ya que la igualdad ante la ley es un concepto constitucional que no puede saltarse así como así. Quizás uno trate de entender que a las mujeres les queda más difícil completar las 1.300 semanas de cotizaciones, por cuanto su edad mínima para jubilarse es de 57 años. Esto llevó a que pensaran en bajar el número de semanas mínimas para la jubilación a 1.150.

Desde luego que las mujeres tienen un promedio de vida más alto que los hombres, lo que genera un sobre costo superior a 2 billones de pesos en las mesadas, billones que no tiene el Estado para sufragar tal obligación. Pero no, no importa tal cosa a los legisladores y finalmente acabaremos careciendo de dinero para pagar estas pensiones y las otras, me refiero a las demás. ¿No será esto ceguera de los legisladores al no mirar un poco más adelante y deducir que lo que con esta ley se hace, que por justa que sea o no, atenta finalmente contra todas las pensiones, las de unos y las de otros?  ¿Será que la carga por pensiones no es ya suficientemente alta?

De otra parte, generosamente, el candidato a la presidencia, el señor Santos, prometió rebajar la contribución al sistema de salud de los pensionados del 14% al 4%, promesa, como la mayoría de las que se hacen en campaña,  irrealizable, dadas las carencias de recursos del Estado. Pues bien, los padres de la patria se tomaron a pecho la oferta, y resolvieron bajar la contribución a salud del 14 al 4% para las pensiones, aparentemente para todas según cuentas y, la cifra anual por este concepto alcanza varios billones de pesos, billones que, simple y llanamente no llegarán al sistema de salud que, por todos es conocido, adolece de recursos suficientes para llegarle a los colombianos. De tal manera que, sumando y restando dineros, una mejoría en favor de los pensionados, caerá como baldado de agua fría a todos los ciudadanos sólo por la ceguera de los legisladores. ¿O será que existen recursos en otras partes para compensar lo que la salud dejará de recibir y así poder entregar esos dineros, mes a mes en las mesadas? Si así es, bueno es que nos cuenten de dónde y cómo.

Y como el Presidente se vio asediado por los cuatro puntos cardinales (O por los cinco, según el vecino) tuvo que repartir lo que no hay en las cuentas estatales para contener los problemas de Buenaventura, los de los maestros, los de la justicia, los de los empleados públicos en general, y falta ver cuáles más se sumarán ahora que están repartiendo dineros y comprometiendo futuros. ¡Pero no! Los congresistas dedicaron sus mejores ánimos para que los reclamantes subieran sus demandas. Así vimos cómo se calificaban de justificados los reclamos desde el Congreso. La moderación y el llamado a la cordura y mesura de los que demandaban mejoras no se oyó, e inclusive, se calificaba como digno el comportamiento de algunos que en sus manifestaciones violaron los derechos de los demás en un derroche de mal ejemplo en el que, la dignidad y el deber estuvieron ausentes, como fue el caso de los mal llamados maestros, a los que poco les importó y les importa el oficio y la obligación que les demanda lo que tiene que ser una vocación, antes que un trabajo. No se es maestro sin vocación. A lo sumo se puede ser profesor, con minúscula, pero nada más. Y ahora, a pretender enseñar a los niños lo que por vagancia en su momento no se hizo.

Y claro, que los legisladores hubiesen llamado la atención sobre estos procederes, y violación a los derechos de los demás es pedir demasiado y, como bien se sabe, muchos allá carecen de la moral y la ética para exigirlo.
Manizales, junio 23 de 2017.