29 de marzo de 2024

Adoptar, alza, preposiciones, quehacer

Profesor y catedrático, algunos años; rebuscador, otros tantos, y hoy, escritor y defensor ferviente de nuestro hermoso lenguaje castellano.
30 de mayo de 2017
Por Efraim Osorio
Por Efraim Osorio
Profesor y catedrático, algunos años; rebuscador, otros tantos, y hoy, escritor y defensor ferviente de nuestro hermoso lenguaje castellano.
30 de mayo de 2017

Quisquillas de alguna importancia

efraim osorio

Las cosas claras y el chocolate espeso. 

Un pie de foto de primera página de nuestro periódico dice lo siguiente: “Hace 18 años Fanny Bernal Orozco decidió adoptar a su hijo Miguel” (14/5/2017). La idea, así expresada, es un contrasentido, porque Miguel, en esa época, no era ‘hijo’ de doña Fanny, y, deduzco, ella en ese entonces decidió iniciar los trámites y formalidades requeridos para una adopción legal. Adoptar, en efecto, significa lo siguiente: “Recibir como hijo, con los requisitos y solemnidades que establecen las leyes, al que no lo es naturalmente”. La precisión en el uso de los términos es indispensable para la expresión cabal de la idea que se quiere expresar. Las cosas claras y el chocolate espeso. ***

El columnista Hernando Arango Monedero escribe sus artículos para Eje XXI, el portal electrónico del Eje Cafetero. Y es una lástima que ninguno le pare bolas, porque estas sus verdades a nadie le interesan, pues habla de lo que hay que decir de los guerrilleros, torcidos que los partidarios de ‘este proceso de paz’ no quieren airear. Pero, ¡qué vergüenza!, me metí en política, si de lo único que quiero hablar es de esta frase: “El sólo alza de los impuestos en licores y cigarrillos, ha sido un freno al recaudo por este concepto del 17%”  (Tercera semana de mayo de 2015). Don Hernando, es cierto que ‘alza’ es un nombre femenino –que empieza por ‘a’ en sílaba acentuada, lo anticipo–, por lo que pide el artículo masculino por eufonía, pero sólo cuando nada se interpone entre ellos, por ejemplo, ‘la necesaria agua’, ‘la valiosa ánfora’. Su frase, castizamente escrita, es ésta: “La sola alza de los impuestos…”, porque en ella, además, ‘solo’ es adjetivo, razón por la cual debe concordar en femenino con el nombre. ‘Sólo’, con tilde, como yo lo seguiré empleando –a pesar de la Academia de la Lengua, perseguidora de tildes inofensivas, aunque sí muy útiles para la comprensión de la lectura–, es un adverbio, que equivale a ‘solamente’. E insista en su empeño, no importa que sea majar en hierro frío. ***

‘Voy a hacer unas compras’, ‘vengo de compras’. Con estos ejemplos quiero ilustrar el significado que a veces tienen las dos preposiciones: la primera, ‘a’, ‘dirección a, tendencia a’; la segunda, ‘de’, ‘procedencia’, significados que pueden ser figurados, como en la siguiente muestra del columnista Pedro Felipe Hoyos Körbel: “…cuyos nombres completos no recuerdo y por ende me abstengo a mencionarlos uno por uno…” (LA PATRIA, 17/5/2017). En esta frase, la procedencia es figurada, sí, pero es procedencia, por lo cual pide la preposición ‘de’, “me abstengo de mencionarlos”. Lo mismo, en la siguiente oración de la columnista Fanny Bernal Orozco: “…y aumentan su dependencia a los aparatos, y cuando menos piensan…” (Ibídem, 21/5/2017), en la que también se impone la preposición ‘de’, “su dependencia de los aparatos”. Recordemos que se dice ‘depender de’, no ‘depender a’. En el mismo artículo, el primero de los mencionados escribió: “…que impuso una nueva marca en el que hacer de la cultura…”. ‘El quehacer’, señor Hoyos, porque es un sustantivo. Sin duda. ***

El empleo de las preposiciones se puede convertir en un dolor de cabeza para los redactores que, seguramente, ignoran el abecé del análisis gramatical. ¿Culpa de qué o de quién? ¡Hum! Transcribo cinco ejemplos, en los que, gramaticalmente, sobra la preposición: “Uribe sale a defender a El Ubérrimo” (Semana.com, segunda semana de mayo). “…para salvar a un sistema  que se acerca cada vez más al colapso” (LA PATRIA, editorial, 13/5/2107). “Vinyes habría señalado a la revista Mito como oficialista…” (El Tiempo, Heriberto Fiorillo, 15/5/2’17). “Cuestiona al capitalismo…” (LA PATRIA, Lumieradas, John Harold Giraldo, 16/5/2017). “…y consideran al celular como el bien más preciado” (Ibídem, Fanny Bernal Orozco, 21/5/2017). Y sobra, la preposición ‘a’, repito, porque en todos introduce un complemento directo, y, en castellano, el complemento directo no pide esa preposición. ¿Excepciones? Por supuesto, como las tiene toda norma. Voy a darle tres ejemplos: “Niños inquietos mataron el perro del vecino”; “niños revoltosos mataron a Káiser, el perro del vecino”; y “unos soldados mataron a ‘Perro’, alias de uno de los criminales más conocidos del país”. Para analizar, nada más.

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