18 de abril de 2024

LA GUERRA POR SAN MATEO

5 de abril de 2017

Cuando llegaron las huestes de Robledo sometiendo a la población indígena de la región, fundaron en el sitio que hoy ocupa Pereira, la ciudad de Cartago, que a los 150 años sería trasladada al sitio que hoy ocupa. Pero los cronistas que acompañaron a Robledo indican que una de las preocupaciones que tenía el conquistador era la gran cantidad de árboles y guadales que existían alrededor del poblado porque podrían ser un sitio para que los indígenas que pensaran atacar a los españoles que vivían en dicho poblado, lo hicieran, sin ser vistos.

Para decir que el concepto de “cívitas”, de ciudad, de sitio en donde se asentaba un conglomerado humano, se fue convirtiendo en el antagónico de “campo”, “selva”, “monte”, “arboleda” etc.  Y había (hay) un afán desmesurado por borrar en las ciudades todo lo que signifique prados, árboles, montaña, y la prueba es que “montañero” es un término despectivo que los citadinos utilizan para referirse al campesino que llega a la ciudad.

Ahora, cuando se habla del terreno que ocupa en la actualidad el Batallón San Mateo en Pereira, se ha desatado una fuerte polémica en torno al destino que se le dará cuando el Batallón sea trasladado a La Virginia. Porque si bien hay una gran cantidad de personas que siguen pensando en que es necesario diferenciarnos del campesino pavimentando o llenando de cemento todo el espacio, también es cierto que hay otros intereses relacionados con los constructores, los comerciantes, los académicos y muchos otros que ven la posibilidad de abrir fuentes de trabajo, lo cual es legítimo. Al mismo tiempo se ha ido consolidando un gran movimiento que está luchando porque se construya un gran parque para la ciudad.

Desde luego que la discusión es positiva porque significa que amplios sectores de la ciudadanía no son indiferentes a los procesos de planeación que se discuten para la ciudad, y sobre todo en un tema tan sensible en la actualidad como el “medioambiental”. Sabemos de sobra que Pereira tiene un enorme déficit de áreas verdes en la ciudad, que no se cuentan con espacios de encuentro de las familias, áreas deportivas o simplemente de esparcimiento.

Esperemos que la discusión lleve a unos diálogos productivos entre todos los sectores que tienen intereses específicos en las áreas de San Mateo, pero sin perder de vista que por encima de los intereses personales o de gremio, se encuentran los de la ciudadanía, que no aspira a convertirse en una gran metrópoli, a ser una ciudad gigante, sino a brindar comodidad y tranquilidad a sus pobladores. En síntesis, es posible conjugar los diferentes intereses que se mueven dentro del proceso de distribución del terreno, pero privilegiando lo que la mayoría ciudadana ha planteado por medio de muchos colectivos: un gran parque.