28 de marzo de 2024

¡A TODO SEÑOR, TODO HONOR!

28 de abril de 2017

Dos cosas es necesario destacar como positivas de la emergencia vivida por la Ciudad de Manizales como consecuencia de las fuertes lluvias caídas el pasado 19 de abril: la oportuna atención de las autoridades encabezadas por el alcalde José Octavio Cardona y la solidaridad de los manizaleños con las víctimas de esta tragedia. En el primer caso es importante reconocer la prontitud con que la Administración Municipal respondió a la emergencia. Y en el segundo, el desprendimiento de los ciudadanos para ayudar de alguna forma a quienes lo perdieron todo. Manizales se volcó para dar muestras de sensibilidad social. Las víctimas entendieron que la solidaridad se manifiesta en casos como estos.

A todo señor, todo honor, reza el dicho popular. En el caso de los deslizamientos presentados en diferentes barrios de la ciudad, que dejaron diecisiete muertos y más de quinientos damnificados, debe reconocerse el compromiso del señor alcalde con las familias que sufrieron los rigores de la naturaleza. Desde el momento mismo en que tuvo conocimiento de los daños causados por el aguacero, el alcalde José Octavio Cardona se desplazó hasta las zonas afectadas por los deslizamientos para coordinar las actividades de búsqueda de víctimas y desalojo de las viviendas ubicadas en sectores de alto riesgo. La Administración Municipal estuvo presta para atender a los ciudadanos que resultaron afectados.

La disposición de albergues para atender a las familias afectadas, la presencia institucional en los sitios que sufrieron deslizamientos de tierra, el movimiento de los organismos de socorro para evacuar las familias en situación de peligro, la atención que se brindó desde el primer momento a quienes perdieron sus viviendas demostró que cuando se tiene sensibilidad se corre con prontitud a brindar ayuda. Eso fue lo que hicieron el alcalde y su equipo de inmediatos colaboradores. A las dos de la mañana, cuando se presentaron los primeros deslizamientos, la administración con el alcalde a la cabeza se hizo presente para apersonarse de lo ocurrido. Y en ningún momento se bajó la guardia para responder al llamado de la comunidad afectada.

En los albergues dispuestos para que los organismos de socorro brindaran atención a las víctimas no faltó nada. Y la responsabilidad con que se asumió el reto planteado por la naturaleza para hacerle frente a una tragedia que pudo haber sido mayor habla bien de la preparación que en la ciudad se tiene para asumir estos casos. Bomberos, Defensa Civil, Policía Nacional y Administración Municipal se movieron con prontitud para evitar que el número de víctimas fuera mayor. La puesta en operación del Puesto de Mando Unificado respondió a la urgencia con que debía afrontarse la situación. El alcalde de Manizales no esperó a que pasara el tiempo para asumir su responsabilidad de brindar apoyo a quienes perdieron familia y vivienda.

¿Qué sigue? Es urgente que el Estado compre, sin demora alguna, las tierras que están en poder de particulares en el emblemático Morro de Sancancio. «La preciosa y verde colina de 2020 msnm que emerge por el centro sur separando la ciudad del río Chinchiná, con su cruz de 30 m en lo alto, ha sido para los manizaleños algo más que el cerro tutor: un santuario para llegar caminando en familia, importante mirador para los visitantes y componente paisajístico de la silueta urbana», publicó EJE 21 el 25 de abril de 2011, cuando presagió lo que ocurriría si no se emprendían acciones inmediatas para rescatar esta belleza natural. Desgraciadamente, así ocurrió.

Es imprescindible e imperioso que el Estado asuma la propiedad del Morro para que lo someta a un profundo proceso de reingeniería forestal a objeto de que nuestro cerro tutelar no siga siendo un factor de riesgo y muerte, sino un domo imponente que llame la atención de propios y extraños por todo lo que representa como pasado, presente y futuro.

En este medio de comunicación pensamos que esta no es la hora para establecer responsabilidades por lo ocurrido el 19 de abril. Lo que hay que hacer ahora es buscar la forma de arbitrar los recursos para emprender las tareas dirigidas a entregarles a las familias que perdieron sus viviendas otra vivienda digna.

Afortunadamente el Gobierno Nacional se desplazó a Manizales para, sobre el terreno, comprobar la magnitud de la tragedia. La presencia del presidente Juan Manuel Santos en los sectores afectados le dio a la comunidad la certeza de que van a tener acompañamiento de las instituciones del Estado para superar sus momentos de angustia. Hay que agradecerle al Primer Mandatario su desplazamiento a la ciudad. Eso demuestra que le duele nuestra tragedia.  Lo que sigue ahora es demostrar que entre todos sí podemos superar este mal momento y seguir hacia adelante porque Manizales, a través de su historia, ha dado pruebas fehacientes que es el “desafío de una raza”.