Tardío réquiem por Todelar
Óscar Domínguez Giraldo
Este año no hubo brindis el 9 de febrero por el Noticiero Todelar simplemente porque ya no existe.
La chiva la dio en su momento el último director, Edgar Artunduaga: El noticiero Todelar que molió información desde los años cincuenta, cerró la tienda informativa a partir del 20 de diciembre.
Quienes nos iniciamos allí en este oficio de nunca acabar, de siempre empezar, derramamos una nada furtiva lágrima por su desaparición del dial.
“Tristemente me toca en suerte cerrar la puerta, después de casi una década (en dos etapas) como director del noticiero”, escribió en su momento el opita Artunduaga en el portal Kienyke. Otro huilense, Emiro Fajardo Ramos, fue el primer locutor.
Radio Continental, la joya de la corona que originaba el noticiero, fue vendida al pastor Cañas. Otras emisoras que sobreviven, La Voz de Bogotá y Radio Cordillera, venderán los espacios al mejor postor.
También escribió Artunduaga: “El Noticierooooo Todelaarrr de Colombia (tal era su presentación) quedará en el recuerdo de muchos oyentes y en el corazón de quienes trabajamos en sus micrófonos”. Y agradeció a la familia Kaim, actual propietaria, la independencia brindada.
El Chiquito Eduardo Aponte Rodriguez y Hernando Perdomo Ch., hicieron famosa la presentación del informativo. Otros locutores que le dieron lustre fueron Jorge Antonio Vega, Manolo Villarreal, Andrés Salcedo, Fabio Becerra Ruiz, Judith Sarmiento, Fernando Calderón España, Juan Manuel Rodríguez, José Gregorio Hernández…
Un viejo pleito entre la primera culecada de los Tobón y la segunda, los Tobón Kaim, se resuelve actualmente en los tribunales.
Como empresa radial, Todelar prendió motores el 28 de noviembre de 1953. Miguel Zapata Restrepo, en su libro «De lo severo a lo jocoso» cuenta que en tiempos del presidente Guillermo León Valencia, a él y a Alberto Acosta, el célebro maestro de Itagüi, les encomendaron la fundación del noticiero Todelar.
Otros estudiosos mencionan entre los primeros directores a Hipólito Hincapié, don Polo, el historiador boyacense Juan Castillo Muñoz, padre de Fabio, destacado periodista investigativo, y Alberto Manrique.
Otro trío de directores puso al noticiero en el Everest de la sintonía. Lo integraron Alberto el Loco Giraldo, Gabriel Cuartas Franco y Antonio Pardo García, el único del terceto que se mantiene en el mundo de los vivos. Bien lúcido, además. Y felizmente.
Otros destacados cuartilleros que presentaron sus servicios en Todelar fueron Jorge Enrique Pulido, Juan Darío Lara, Jaime Zamora, los célebres hermanos Eslava, Alvaro Rodriguez, Harada de San Martín, Marta Montoya, Olga Behar, Yolanda Ruiz, Néstor Morales, Leonel Fierro, Fabio Marín, Edulfo Peña.
El dueño de Todelar fue el vallecaucano Bernardo Tobón de la Roche, un apellido sinónimo de radio. Sus hermanos Jairo y Jaime, gran narrador deportivo, tienen acciones en la historia del Circuito, nombre adoptado a contracorriente de la denominación de Cadena para bautizar las empresas de comunicación radiales.
Para no parecerse a ninguno, Todelar adoptó un loro como caballo de troya publicitario. Ni los peores chistes lograron tumbar al parlanchín bípedo de su trono.
Don Bernardo, un patrón serio, distante, dedicado a su oficio de radiodifusor, siempre reacio a venderle su empresa a los pulpos de la competencia, tímido a la hora de pagarle a su tropa, era escaso en las instalaciones de Todelar de la Calle 19, esquina de la carrera 5ª. , en el corazón de Bogotá.
Vivía a caballo entre Cali y Miami.
Bernardo y Germán Tobón Martínez, la primera generación, estuvieron al frente de la gerencia de Todelar en la época dorada del Noticiero. La competencia era con Caracol y RCN.
Orlando Cadavid Correa, exdirector de Todelar en Manizales, recordó cuando circuló la fúnebre noticia de la desaparición del Noticiero:
“Los extras de los competidores alborotaban el cotarro o convocaban a zafarrancho de combate en las cercanías del Parque Nacional o en la torre sonora, cuando escuchábamos la fanfarria con el «Todelar, adelante en la noticia, porque la noticia en Todelar no tiene horario», o el tema encalambrador de la calle 19: «Cuando la noticia se produce, Caracol se la comunica». Eras otras épocas muy emocionantes en las que guerreábamos por la chiva”.
LOS DIRECTORES Y OTROS
Mínimos perfiles de periodistas de Todelar:
Antonio Pardo García, nacido en el barrio Manrique. Madrugó a conocer el abc del oficio como telegrafista en sus inicios. En El Correo, de Medellín, recibía las noticias en clave morse. Aprendió a leer, escribir y amar en puntos y rayas. Pardo hace parte de la nostalgia del periodismo. Y de la leyenda. Recibió la alternativa en el Medellín de los años cuarenta. Que es un maestro del oficio lo proclamamos sus pupilos de Todelar, Caracol, RCN, el Servicio Nacional de Prensa, Centro Informativo El País, la cátedra universitaria. Usted levanta un cenicero y allí encontrará a un discípulo suyo.
Gabriel Cuartas Franco, de Anserma, Caldas. El “maestrico” fue ex jefe de redacción de La Patria, y luego mancorna discográfica de Hernán Restrepo Duque, en Sonolux. Codirigió el Noticiero Todelar desde Medellín. Se marginó por discrepancias con don Bernardo. Recaló RCN como asistente del gerente general, Rafael Echavarría. En sus días finales, Billy Vargas lo nombró gerente de Colmundo en Medellín.
Alberto Giraldo López, de Cisneros, Antioquia. De los muertos hablar solo lo bueno, aconsejaban los romanos. En el caso del “Loco” Giraldo, hay 8.000 mil razones para desobedecer a los romanos. Y hay no pocos motivos para seguir aquel consejo y recordarlo por las múltiples facetas positivas que hicieron del nacido en el balneario de Cisneros, Antioquia, un hombre fuera de serie. Iba bien “Albertico Limonta”, uno de sus apodos, hasta que empezó a juntarse con malas compañías: los Rodríguez, de Cali. Un canazo de varios años que pagó en la cárcel de alta comodidad, a tono con su estilo de vida de sibarita, terminaron con una existencia que estuvo a punto de hacer historia en el periodismo. Lo suyo terminó en una nota de pie de página de la crónica roja.
Jorge Enrique Pulido, bogotano, era la estrella de la redacción política radial en los años sesenta setenta. Solo tomaba mínimas notas de sus fuentes. Luego armaba las noticias a mil por hora. Sus cuartillas, levantadas en viejas máquinas Olympia eran limpias, sin tachones. Su imaginación era tan rápida como sus manos de mecanógrafo. Tenía la memoria de Funes. Se inició como patinador.
Gran improvisador. Kamikaze del periodismo se la jugó contra los narcos quienes finalmente lo convirtieron en mártir. Muy completo como periodista: lo hacía bien en prensa, radio y televisión.
Juan Darío el Cabezón Lara. Hombre fuerte de Apulo, Cundinamarca. Difícil otro que manejara mejor el lenguaje de radio. No se iba por las ramas para dar una noticia económica. Decía todo en pocas palabras. El corazón le ha pasado varios memos con copia a su hoja debida. Su talento se paseó por Super y Caracol, donde se pensionó. En todos los noticieros ocupó cargos directivos.
Foto 2.–
Foto 3.- Alberto Giraldo López, también director en tiempos de Pardo.