28 de marzo de 2024

México y el mal vecino

6 de febrero de 2017
Por Albeiro Valencia Llano
Por Albeiro Valencia Llano
6 de febrero de 2017

albeiro valencia

A raíz de las decisiones que viene tomando Trump contra México se incrementó el nacionalismo en este país y regresaron los sentimientos antiestadounidenses, como ocurrió a lo largo del siglo XIX. Ante los hechos el pueblo está recordando la frase que se le atribuye a Porfirio Díaz: “¡Pobrecito México! tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Era una época cuando esa poderosa nación de inmigrantes venía consolidando su expansión territorial gracias al despojo de numerosos estados: en 1803 compró La Luisiana a Francia; en 1795 y en 1810 le quitó a España la Florida Occidental; en 1819 le compró a este país Florida Oriental; en 1845 le arrebató a México el territorio de Texas; en 1846 se quedó con Oregon a expensas de España y en 1847 le robó a México la inmensa región de California.

La expansión de Estados Unidos

Se dice que este país empezó  como un estado lleno de posibilidades por la abundancia de tierras fértiles al alcance del pueblo. Durante la guerra de Independencia contra la Gran Bretaña, se produjo la colonización del territorio de las comunidades indígenas por miles de familias hambrientas de tierra que cruzaron los Montes Apalaches y fueron fundando pequeñas colonias, numerosas comunidades. Cuando se produjo la independencia, en 1783, avanzaban hacia las aguas del río Mississippi y amenazaban las colonias de La Florida, de España y La Luisiana de Francia, y le coqueteaban al territorio de México.

La historia nos muestra la “aventura heroica” de Daniel Boone y otros cazadores, quienes se enfrentaron a los indios y se convirtieron en pioneros; sobre esta base se fundó la colonia de Kentucky y se mantuvo a raya a los valerosos cherokees. Estas fueron avanzadas para la colonización del Oeste, donde se escribieron muchas páginas al mejor estilo de Hollywood. Los colonos que llegaban a la conquista del Oeste construían cabañas utilizando gruesos troncos de árboles y se protegían de los indígenas por medio de una empalizada que rodeaba las viviendas.

Con la construcción de vías férreas, después de 1830, se facilitó la colonización del oeste y se desarrolló la producción agrícola y ganadera.  El joven país había ganado mucho para el futuro del Estado con la compra de Luisiana y la adquisición de Florida, que permitió a los colonizadores avanzar por las regiones del norte del Golfo de México, para expulsar a los indios al otro lado del Mississippi y fundar el Estado de Alabama. En 1818, entre Estados Unidos e Inglaterra se repartieron el territorio al oeste de las Montañas Rocosas, que venían explotando los cazadores de pieles y, sobre esta base, se formaron los estados de Oregon y de Washington; mientras tanto la colonización del oeste expandía la frontera de Estados Unidos hacia el Océano Pacífico.

La desmembración de México

Entre los años 1817 y 1827 unos 12 mil anglosajones protestantes se establecieron en Texas, provincia de México, donde habitaban tres mil colonos españoles católicos, lo que planteó un problema cultural de convivencia. Los colonos yankees pretendieron introducir esclavos, pero México se opuso y, de paso, prohibió la inmigración de norteamericanos. Demasiado tarde, porque los yankees eran mayoría y solicitaron la separación de México, independencia que se realizó en 1836. En ese momento el nuevo estado tenía 68 mil habitantes y de ellos 50 mil eran norteamericanos. Luego pidieron su anexión a Estados Unidos que siguió expandiendo su territorio.

Esta situación provocó una guerra y el país del norte demostró la superioridad militar; en 1847 las tropas entraron a la capital y, en un acto de fuerza, el país invasor le arrebató a México los inmensos territorios de California y Nuevo México. Estados Unidos impuso la paz en febrero de 1848. Más tarde, en 1853, obligó a México a venderle la región de la Mesilla o Gardsden.

Sobre la expansión territorial de Estados Unidos escribió el presidente Teodoro Roosevelt que “la narración de cómo esto se realizó forma un todo continuo y compacto. Los padres siguieron a Boone o pelearon en King’s Mountain; los hijos marcharon al Sur con Jackson; los nietos murieron en el Álamo o cargaron victoriosamente en San Jacinto. La toma del Oeste y del Sur es una etapa en la conquista de un continente”.

Pasaron los años y Estados Unidos se convirtió en una potencia mundial y consolidó su imperio, pero ahora está en crisis. En la era de Trump, México sirve a la imagen populista del nuevo presidente porque la figura del Muro y de los mexicanos inmigrantes violadores, contribuyen a la campaña para “hacer a Estados Unidos grande de nuevo”. México está contra las cuerdas pues su comercio exterior depende de su vecino y, además, encuentra poca solidaridad en los países amigos porque los presidentes están evitando entrar en confrontación con el nuevo gobierno y cada uno espera salvarse como pueda.