28 de marzo de 2024

Desde Curramba la Bella/La Gran Parada de Tradición

27 de febrero de 2017
Por Augusto León Restrepo
Por Augusto León Restrepo
27 de febrero de 2017
Imagen El Heraldo

Por Augusto León Restrepo

augusto leon restrepoNo hay fiesta en Colombia en la que los reinados no sean el eje principal. En la Batalla de Flores del Carnaval de Barranquilla, en sendas carrozas, desfilaron innumerables soberanas que durante veinticinco años, cada una a su manera y a su bailado, ostentaron la corona y que despertaron la memoria de los barranquilleros. Muchas de ellas ya abuelas, movían su cuerpo, ataviadas con los trajes que lucieron el día de su consagración, como que si tuvieran diez, veinte, treinta años menos. Fue el homenaje que quisieron rendir los organizadores de la carnestolenda a aquellas mujeres que alcanzaron lo máximo a que puede aspirar una barranquillera: ser Reina del Carnaval. Desde pequeñuelasse preparan para tan singular destino, que implica gran responsabilidad y entrega: nada más ni nada menos que mantener a sus paisanos en aire carnavalesco durante varios meses. Este año le tocó a la Fefi Mendoza la distinción. Y a su paso los súbditos enloquecieron en la Batalla de Flores del sábado y y en la Gran Parada de Tradición y folclor de ayer domingo.

La Gran Parada de Tradición es la expresión real, auténtica, palpable, del folclor barranquillero y de sus alrededores. De pueblos caribeños vienen numerosos exponentes a desfilar por las amplias avenidas con sus leyendas y tradiciones. Y desde ldiferentes lugares de Colombia. Por ejemplo, las comparsas de Bogotá, de Paipa, de Pasto, de Medellín ,en un derroche de creatividad musical, acomodaron sus aires a los aires costeños sin que fuera notoria la diferencia, salvo en sus atuendos. Rarísimo ver a los pastusos bailando cumbia de pesados vestidos negros, a los cundiboyacenses de sombrero de fieltro y ruana, a los paisas de poncho y carrielen forzados movimientos de pies y caderas, pero solventes con su mensaje de integración, bajo la canicula agobiante. Si alguien quiere sentar bases sobre lo que es el Carnaval barranquillero, tiene que asistir a su Gran Parada. Allí se refleja su origen popular, sin maquillajes, en el que la coreografía la imponen los propios danzantes, como la viven, como la sienten. Como quizás bailaban hace cincuenta años, en comparsas de barrio, de vecinos, de improvisados carnavaleros que se tomaban las calles, en un jolgorio democrático y sin mayores pretensiones.Pero que fueron el claro antecedente de lo que es hoy este desfile de cinco horas de duración.

Quiero hacer mención especial de la presencia de las tamboras y los millos o conjuntos folclóricos que acompañan a los danzantes. Es su labor titánica y extenuante. Y de una comparsa de más de quinientos integrantes, la de las Marimondas del Barrio Abajo, en la que se camuflan bajo sus máscaras los más disímiles personajes de la sociedad. Dicen los barranquillero se que desde los curas Lineros y Montoya, los barrigones y tragones Gerlein, los amos y dueños Char y los Ñoños de Odebrecht, hasta los más humildes carnavaleros de los barrios marginales. Es lo que produce la tierra, que hoy brinca, bebe, peca y disfruta y que a partir del miércoles vuelve a quedar en su platica.

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