28 de marzo de 2024

La noticia show

27 de enero de 2017
Por Esteban Jaramillo
Por Esteban Jaramillo
27 de enero de 2017

Por Esteban Jaramillo Osorio. 

En estos días de frenesí informativo, en la antesala de liga, en el que prevalece el efecto primicia que el común de las gentes llama “síndrome de la chiva”, con profusión  frenética de noticias del mercado no confirmadas, vale la pena revalidar la condición del periodismo serio, bien documentado.

Mentir como rutina, no conduce la verdad plena. Es una traición al lector, al televidente, al oyente. Este último, no tiene tapones en los oídos, ni vendas en los ojos, porque la plural información y su obsesión por mantenerse  enterado le permite identificar fácilmente, a quienes toman en su tarea desde los medios, el atajo del engaño para captar seguidores o manipular la realidad, y a quienes no.

En tantos casos la verdad  vende menos sin amarillismo, sin fórmulas malintencionadas gestionadas por directivos, empresarios y futbolistas, que mantienen a tantos periodistas bajo su control.

Dice Gerald Piqué, jugador del Barcelona, que el mismo es su medio de comunicación. Que tiene los recursos para hacer autogestión informativa, los canales disponibles y la aceptación general, por los millones de hinchas que siguen sus cuentas en la red.  Se declara fatigado por la mala información, la errática interpretación  de sus palabras y los sesgos apasionados  que se dan a  sus posturas.

Peligrosa afirmación, que acentúa el descredito del periodismo convencional.

Cuantas  versiones infundadas circulan sobre vinculación de jugadores, despidos, valores, disputas, con exaltación de  condiciones de los futbolistas contratados sin verlos actual, o supuestas ofertas de clubes internacionales que no existen.

Se habla de contratos millonarios, se descubren cifras, se anuncia la llegada de estrellas inalcanzables, todo desmentido por los voceros de los clubes. Es el desmedido afán de protagonismo de quien transmite buscando una falsa notoriedad.

Con la pelota detenida están vigentes y en fiesta, la fabulación, el rumor, la noticia infundada y la versión deformada. Llegara el día  en que el dirigente abandone su secretismo, el futbolista deje de fingir y el periodista de mentir.