18 de abril de 2024

Operación fracaso

Por Esteban Jaramillo
1 de noviembre de 2016
Por Esteban Jaramillo
1 de noviembre de 2016

Por Esteban Jaramillo Osorio.

Esteban JaramilloLa campaña se llenó de altibajos. Un día si, un día no. Desde el principio, un tobogán de  resultados sin convencer plenamente, sin lograr el rendimiento esperado, sin darle felicidad constante al público, sin ganar con comodidad, siempre adherido al ultimo puesto de los clasificados o a las alternativas de los eliminados. Duele decirlo, pero el Once Caldas fue un equipo del montón en 2016, por la deficiente conformación. Pocos destacaron con regularidad en el rendimiento; quizás Cuadrado, jugador diferente, con aporte sensible en la campaña, como capitán  y fuente de inspiración por sus intervenciones salvadoras.

La institución se vio cansada, sin recursos para fortalecerse, siempre en plan de venta de la ficha, sin  el conocimiento necesario para acertar en las vinculaciones o potenciar la nómina existente. No hubo compromiso con el club, ni amor propio por parte de los futbolistas. Fueron tantos los que pasaron el año en la enfermería  en plan cómodo, alejados de la competencia y de las criticas. Otros pensaron que correr y forcejear era jugar, porque sus atributos no brindaban otras alternativas. Los argumentos para el triunfo fueron tan limitados, como las ambiciones. El cambio de entrenador, en el camino, aportó poco y confusos fueron los planteamientos y las fórmulas aplicadas al juego, buscando triunfos.

El malestar entre los aficionados es profundo: unos no creen y otros cambiaron pasión por indiferencia.

La critica bombardea impaciente, porque no hay ídolos, no hay  triunfos, no hay éxitos rotundos, no hay en el estadio reencuentros felices.

El buen juicio no fue aliado. Cuesta entender como varios futbolistas fueron elegidos sin la garantía de   calidad para competir. Demostrado esta en otros clubes, que no se necesitan inversiones desbordadas para hacerse campeón o protagonista. La muestra esta en Bucaramanga que no tiene figuras, en Tolima que no paga sueldos exagerados y en Envigado que se nutre año por año de la cantera, tratando de subsistir frente a problemas legales con la justicia de Estados Unidos.

Es cuestión de visión, de confianza en las bases y de honestidad en la elección, sin atender como prioritaria las voces de los empresarios que nunca piensan en los hinchas, en el Once Caldas como objetivo de victorias, sino en sus bolsillos.