28 de marzo de 2024

¿Y de la paz qué?

19 de octubre de 2016
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
19 de octubre de 2016

Hernando Arango Monedero

hernando arangoNo queda duda de que el problema surgido con el plebiscito y el voto mayoritario por el NO al Acuerdo, va quedando a cargo de quienes fueron los promotores de ese voto. La Canciller fue clara en su criterio de que, los que ganaron con el NO,” ¡Que resuelvan el problema!”, en una salida propia al cónyuge ofendido. Allá usted como resuelve ese asunto. Y parece que será así, ya que los pasos que da el Presidente conducen a eso, sin más y sin menos.
Veamos el por qué: De una parte, el Presidente, nombrando intermediarios para encontrar acuerdos a personajes como la Canciller, con su ofendido de cónyuge, y ya decidida a tirarle el problema a los del NO; y designando a Benedetti, tan terminante en sus conceptos, tan agresivo, y tan locuaz, no da para presagiar cosa buena. El designar a De La Calle y a Villegas, pues abre alguna posibilidad, ya que son personas respetuosas y abiertas a oír conceptos y criterios diferentes, lo que está bien, pero lo cierto es que con los dos, Benedetti y Holguín, no se espera nada. De otra parte, quienes irán a Cuba a hablar con las FARC, tienen que tener la determinación para comunicar que el plebiscito, con su precaria mayoría y todo, dijo NO; NO que muestra una negación a lo pactado, por lo que todo debe acomodarse a las circunstancias nuevas. Estas circunstancias, desde luego, no pueden ser extremas y tienen que buscar que las FARC se allanen y acepten como el camino para alcanzar la paz que dicen comprometerlos.

Por otra parte, no hay que negar que en los sistemas totalitarios, como es el malentendido socialismo entre nuestros pueblos, la democracia es de acomodo. Así, cuando las mayorías están con el sistema, el pueblo decidió. Más cuando las mayorías no les acompañan, pues habrá una razón para desconocer ese mandato. Y no falta quién les acompañe. Lo vemos en la Venezuela al día de hoy. Y, entre nosotros, las razones para querer desconocer el resultado de las urnas van desde la lluvia que no permitió que los votos llegaran a las urnas, o a que el grupo opositor dijo que el Acuerdo proponía cosas absurdas como la expropiación de tierras, la no pérdida de derechos políticos a los “condenados” por lo que podían ser elegidos a gobernaciones y demás; que esto o aquello, todo como una campaña sucia, campaña que debió ser coincidente con la del SI que ofrecía la paz como premio mayor y en contra de los que votaran NO, los que eran amantes de la guerra. Que el votar SÍ abriría las compuertas a los ríos de leche y miel, y que el SÍ, “per se” redimiría al país sin importar que por ese SI se sacrificaran la Constitución y las Instituciones. Ah!, y para reforzar estos argumentos, y las razones por las que Colombia votó NO, en el debate en el Senado se llegó a tratar a los que se atrevieron a comandar el NO como hipócritas y mentirosos, pues, los argumentos agotados, dieron lugar a lanzar las ideas como piedras. Siempre es así, se termina insultando cuando no es posible convencer o no se puede aceptar.

Para rematar, y en esto hay que hacer un reconocimiento, las personas que defienden ideologías extremas, tan libertarios ellos, tienen una gran capacidad para movilizar multitudes, y eso hacen al convocar manifestaciones numerosas para impactar con ellas y opacar los resultados que no les fueron acordes a sus afectos. A estas manifestaciones se allegan quienes quieren la paz, es cierto, pero no la paz a cualquier precio y, a lo mejor, paz cercana a quienes dijeron NO, pero no distinguibles entre la multitud amorfa.

Los colombianos no podemos perder de vista que los procedimientos que estamos viviendo en estos días, son del mismo tipo de los que viven ahora los venezolanos, quienes luego de ganar las elecciones para su Asamblea (Congreso), se han visto ignorados por un ejecutivo que ha logrado maniatar las Cortes y otros poderes, y llama a sus seguidores a la calle (minoría) para acallar el reclamo de democracia que, bajo todo tipo de artilugios, les vienen arrebatando. De paso, a la cárcel van a parar quien, o quienes, se atreven a desafiarlos.

Hay que tener cuidado pues al comportamiento del Presidente y al manejo que viene dando a lo que el pueblo ha decidido, porque malos pasos venimos viendo. Paralelamente, hay que tener cuidado también con ciertos Tribunales que a su estudio han aceptado demandas y tutelas contra el plebiscito y nada les costará el quitarle el “principio de legalidad” al plebiscito. Esto, porque en medio de una Justicia claramente politizada, como la que tenemos, todo puede esperarse.

Manizales, octubre 19 de 2016.