28 de marzo de 2024

Diálogo para salvar proceso de paz se desarrolla con ambiente de optimismo en La Habana

23 de octubre de 2016
23 de octubre de 2016

Bogotá, 23 de octubre_ RAM_ El gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC comenzaron a negociar este sábado en La Habana propuestas de ajuste al acuerdo que fue rechazado en un plebiscito el 2 de octubre, en un intento de salvar el proceso de paz para Colombia.

«El ambiente es de optimismo. Vamos por la paz», tuiteó por su parte el jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), Timoleón Jiménez (Timochenko), subrayando que las partes están «buscando puntos de confluencia».

En la misma red social, el principal negociador de la guerrilla, Iván Márquez, destacó que en el encuentro se «analizan puntos de vista de diversos sectores de la sociedad sobre acuerdo de paz».

La derrota en las urnas del pacto de paz, suscrito el 26 de septiembre en Cartagena, tras casi cuatro años de negociaciones en la isla, impide que lo sellado se implemente como quedó estipulado, por lo que el presidente Juan Manuel Santos se reunió con los principales opositores al acuerdo, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, para recibir propuestas e iniciar una renegociación.

Esas reuniones finalizaron el jueves y este sábado el gobierno y la guerrilla iniciaron la discusión de las objeciones de la oposición en busca de llegar a un consenso.

Antes de viajar a La Habana el viernes, el jefe de la delegación oficial, Humberto de la Calle, explicó que el objetivo es debatir «ajustes y precisiones con el propósito de lograr un nuevo acuerdo que permita abrir la etapa de consolidación de la paz».

En una locución desde la presidencial Casa de Nariño, De la Calle admitió que el proceso de paz en Colombia está «frágil» tras el resultado del plebiscito, pero destacó el «ánimo patriótico» que encontró en las «decenas» de propuestas de los diversos sectores políticos y sociales contrarios al acuerdo final.

Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares y agentes de la fuerza pública, dejando unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.