29 de marzo de 2024

Baja talla en niños revela crítica desnutrición en Caldas

14 de junio de 2016
14 de junio de 2016

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MANIZALES, 14 de junio de 2016. El retraso del crecimiento como consecuencia de este fenómeno es más notorio entre los menores de cinco años que habitan en Manizales y el área metropolitana. Además, una inadecuada alimentación, el poco acceso a servicios de salud y saneamiento básico al agua y el desempleo de los progenitores son algunas de las causas.

La problemática por desnutrición en el país no afecta solamente a las regiones más apartadas. Aunque hace algunos meses la muerte de 14.000 niños wayúu menores de cinco años por desnutrición en La Guajira encendieron las alarmas sobre esta situación, en otros departamentos como Caldas, en 2010, fueron registradas 147 muertes de infantes.

El indicador más preocupante, el cual evidencia la gravedad del problema, es el crecimiento de los niños. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los menores entre uno y cinco años de edad son considerados saludables si pesan entre 10 y 18 kilogramos. Además, la talla ideal oscila entre 76 y 106 centímetros.

Una investigación conjunta, adelantada por la Universidad de Caldas, la Universidad Nacional de Colombia (UN) y la Gobernación de Caldas comprobó que estos parámetros no se cumplen en 4.817 niños de los 33.244 hogares registrados en el Sistema de Identificación y Clasificación de Potenciales Beneficiarios para Programas Sociales (Sisbén).

La proporción más alta de incumplimiento en el estándar de referencia se encuentra en la Subregión Centro Sur (integrada por Manizales, Neira, Palestina, Villamaría y Chinchiná) con el 46,9 % de menores de cinco años que registran medidas muy por debajo de los patrones de la oms, seguido por el Magdalena Caldense (Samaná, La Dorada, Victoria y Norcasia) con un 18,2 %; mientras en el Norte (Aguadas, Pácora, Aranzazu y Salamina) solo es el 10 %.

Los investigadores José Hernán Parra, del Departamento de Matemática y Estadística de la Universidad Nacional de Colombia (UN) Sede Manizales, y María Victoria Benjumea, líder del Grupo Materno Perinatal de la Universidad de Caldas, detallan que la manifestación del retraso en el crecimiento de los niños se evidencia con alteraciones del desarrollo neurológico, deterioro cognitivo permanente, un sistema inmunitario debilitado y susceptibilidad –cuando alcanzan la edad adulta– a enfermedades cardíacas, algunos tipo de cáncer y diabetes.

De igual manera, subraya la doctora Benjumea, “la desnutrición crónica (pérdida de las reservas orgánicas acumuladas por la ingesta, manifestada por la carencia calórica–proteica) y el destete antes de los seis meses de vida provocan infecciones frecuentes y tempranas como diarreas y bronquitis”.

Durante su visita a Colombia, Anthony Lak, director ejecutivo de Unicef, afirmó que uno de cada diez niños sufre desnutrición crónica en Colombia. Este dato no es considerado “anormal» en el conjunto de América Latina y es menor que en África o Asia. Sin embargo, subrayó, el retraso en el crecimiento trae consecuencias irreversibles para el resto de sus vidas.

Precisamente, cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) constatan que con 161 millones de niños menores de cinco años que sufren desnutrición crónica, el coste en lo económico es entre el 2 % y el 3 % del PIB mundial, debido a su impacto en el desarrollo humano, la productividad y el crecimiento de las economías de los países afectados.

Sobrevivir con 6.000 pesos diarios

El estudio, apoyado en la base de datos del Sisbén, se complementó con información y variables de los estudios ejecutados durante 2014 entre la

UN Sede Manizales, la Dirección Territorial de Salud sobre Estado Nutricional de la población caldense y el Estudio de Línea de base para la reducción de la pobreza en el departamento de Caldas, elaborado por el Programa Mundial de Alimentos en 2010.

“A partir de esa información fueron recodificadas las variables demográficas, socioeconómicas, acceso a salud, vivienda, pobreza, educación, mercado laboral, entre otras, para determinar el análisis antropométrico, es decir, la talla para la edad de los menores de cinco años, a través de un software que utiliza la oms para estipular los patrones de crecimiento”, explica el profesor Parra.

De esta manera, se concluyó que los hogares con mayor probabilidad de tener menores de cinco años con retraso del crecimiento son aquellos que presentan ingresos inferiores a 200.000 pesos mensuales, es decir, sobreviven con unos 6.000 pesos diarios. Esta situación, afirma el docente de la UN Sede Manizales, surge en lugares caracterizados por hacinamiento. Asimismo, la carga del hogar, madres cabeza de familia y por lo menos algún integrante de esta, permanece en situación de desempleo desde hace seis meses y más (desempleo de larga duración).

Por otro lado, los hogares críticos donde residen los menores no tenían cobertura de salud, servicios básicos como agua proveniente del acueducto, ni alcantarillado, así como neveras para almacenar y proteger sus alimentos.

“Hay hogares críticos o de clase dos, que viven en la cabecera de Villamaría, Chinchiná y Palestina con acceso al acueducto, pero con integrantes sin cobertura de salud”, sostiene el docente.

Por eso, los expertos coinciden en señalar que el problema de la desnutrición hay que examinarlo más allá desde el campo de la salud, porque también está relacionado con la pobreza, un factor que implica otros aspectos que, a su vez, afecta la calidad de vida de las personas.

“Esta situación no debe abordarse solamente con estrategias como el kit de alimentos, al menos en Caldas, pues no son medidas efectivas para contrarrestarla. Hace falta apostar por mejorar las condiciones de vida de la población vulnerable, desde garantizarles eficientes servicios públicos hasta ocupación laboral a los adultos que cuidan a los niños”, precisa el profesor Parra.

Las cifras de desnutrición crónica aumentan progresivamente en Caldas (del 13,5 % al 14,15 %) y superan las del país (a saber, Caldas: 14,15 % y Colombia: 13,2 %). Según los investigadores, urge el desarrollo de un plan efectivo de prevención; para ello, los resultados del estudio adelantado sirven como indicador de las condiciones de calidad de vida de la población vinculada al Sisbén en este departamento.

UN Periódico-