19 de abril de 2024

Los saltimbanquis

20 de abril de 2016
Por mario arias
Por mario arias
20 de abril de 2016

Por: mario arias gómez

mario ariasLa política es una actividad que debe ser en todo momento ejemplar, como íntegros deben ser los que dictan pedagogía y dan pautas de comportamiento a los conmilitones; pautas que en estas horas aciagas pasa por alto la troika  compuesta por el falaz Eduardo Barguil, que ondea la delirante y obtusa bandera legada por el cavernario predecesor en consuno con la deslucida e indigerible Martha Lucía Ramírez. Cutre y vergonzante tripleta -perpetuada de facto- que desorienta al espurio Directorio Nacional Conservador y actúa entre bambalinas como avanzada del innombrable: “Yo, el supremo”. Grupo que dilata ilegalmente la Convención que manda la Ley estatutaria de Partidos, convertida en letra muerta, lo que los hace responsables ante los electores. Trinca manifiestamente indeseada por la casi totalidad de congresistas godos.

Personajes sin mandato, ni ascendiente ante la fuerza parlamentaria que los repudia y desobedece. Sin autoridad moral tratan de imponer una disciplina que sustentan en la falsa tramoya de neutralidad frente al Gobierno -“ni con él, ni contra él”-. Política desairada como lo muestra la reunión de la bancada con el Presidente, tácita demostración del casi unánime deseo de reintegrarse a la coalición de la que el senil y revocado jefe “sin parroquia” apartó al Partido.

Quien se cree inocente, ahora reparte -en plan de conquista- abrazos en Facebook. Traicionado por el subconsciente el omnisciente exjefe, prescribe reglas que acojonan y asombran, pues olvida que en casa del ahorcado no se menciona la soga. Leo: «Cuando observo la corrupción de hoy añoro la corrupción de ayer«. Tarambana que olvida el “Robo a Caldas”, baldón que mancilló al yepismo; período que si no fue peor, lo iguala. Maña vieja no es resabio. “Los locos a veces se curan pero los corruptos nunca” (Mafalda).

Unificadas componendas y veleidades politiqueras que hiló y tejió con la sombría tenaza -vieja aliada- por acción, por omisión, porque las vio, porque las calló, porque no las oyó, porque cerró los ojos por décadas mientras pelechó bajo indistintos gobiernos de los que salió -“milagro”- de la pobreza franciscana que todos conocimos hasta convertirse en el intocable plutócrata que con inocultable complejo de santidad, con aterciopelada voz repite su lírica e injuriosa monserga: “En el año 2014 el conservatismo prefirió ser locomotora a vagón, protagonista a comparsa. Prefirió tener candidatura presidencial propia para demostrar vocación de poder. Esperamos igual decisión en el 2018. Hay que prepararse para ello”. Soñar y nada más, un mundo de ilusión… dice el vals.

Síntesis inmortal que recogerán sus biógrafos. Suicida quimera que para los legos fue un monumental disparate que verificó la histórica derrota infligida por la “Alianza para el Progreso” que le revocó el mandato a despecho de “Mis camiseta mojada”, que no nos perdona el grano de arena aportado.

Oscuro negocio evidente en el link http://www.pulzo.com/nacion/encuentro-de-omar-yepes-y-el-condenado-parapolitico-mario-uribe-alborota-cotarro/145056 que desencadenó la renuncia a la Dirección del Partido orquestada por la ingrata que se empeñó en hacerse a la dirección del partido a través del dócil, improvisado y mediático Barguil, para lo cual no paró en mientes para destronar al patrocinador, quien renunció antes que lo botaran, dejándolo con el estigma de haber dividido el partido, en el que se quedó en el sector, apéndice hoy del uribismo. Caradura que con lágrimas de cocodrilo recalcó -hace poco- que el conservatismo fue socio de primera con cinco ministros en el gabinete, sin reparar que el “negocio” registrado, que revistió de “conversación de amigos” lo hizo garante de que el Partido: no sea más que un socio decorativo. Luego suelta esta perla: Si el Partido quiere futuro debe caracterizarse como tal. Independizarse, ser autónomo”. Olvidó las más de tres décadas de indisciplina, nepotismo y mal ejemplo, cuando armó su “partidito” de garaje que defendió sus intereses; época en que no se le ocurrió proponer eso de las “políticas propias”, ni lo de “coincidir con el ejecutivo en lo que sea preciso para el país y apartarse  para singularizarse y readquirir fisonomía”. La memoria cuenta otra cosa.

Atragantado exhorta: “el partido no puede atar su porvenir a contingencias burocráticas”. Los pensionados -definitivo- no tienen las mismas percepciones y prioridades de los cesantes -sin horizontes- que no ven cómo jubilarse, por su fratricida indiferencia, ingratitud y egoísmo, que lo diluyó como amigo y político grato, desvaneció el aura que por años lo rodeó. Qué no podrán decir  las dolidas amigas que por servir al “desprendido” personaje acabaron con los huesos en la cárcel. Y qué dirán los desvelados Fernando Elí, Henry Ramírez, Chucho Arcila. No fue menester mucho tiempo para probar que el táctico cambio de política no fue una fortuna sino una fatalidad que trajo la humillante derrota y soledad política. Censurable actitud -en términos históricos y de equidad- que nos permite  parafrasear a Talleyrand: “Fue peor que un crimen, fue un error”.

Con innegables sentimientos encontrados, dice: “El Estado se ha convertido en un botín para buena parte de quienes logran acceder a él”. Los que “procuran la elección o el nombramiento con la finalidad de sacar provechos económicos indebidos”, es porque el “pueblo no escudriña, no analiza, no selecciona, y entrega el deber de gestión… a los demagogos, a los populistas, a los aventureros, a quienes no pretenden otra cosa que su propio beneficio”.

Radiografía que lo caricaturiza bien. Anuncia que persistirá en la brega que tanto mal, cansancio y descrédito trajo. Es muy tarde para remediar todo lo que ha pasado (dicen los Panchos), como tardía es la intención de reencarnarse en Kelsen para no “envilecer” más la política. Chiste que sigue: “Hay que educar para que la política no siga en manos de la truculencia y de los vividores y que se rescate para el servicio de los colombianos.” -Sic- “Cuando las circunstancias cambian, yo cambio mi opinión” (Keynes). El “inmaculado” jura que va a “trabajar por erradicar los vicios, -ahora sí- sin señalamientos personales, -es decir sin autonombrarse- seguros de que encontraremos eco en los (olvidadizos) que esperan que la política no sea otra cosa que pensamiento y acción al servicio de todos; trataremos de apartarla de la triquiñuela y de todo cuanto la afea y la vuelve mezquina para evitar que se le siga calificando como actividad sucia y de baja condición”. Increpa un diablo burlón: Vaca ladrona no olvida portillo.

Bogotá, 20 de abril/2016