28 de marzo de 2024

El manido tema para toda ocasión

2 de abril de 2016
Por Jairo Cala Otero
Por Jairo Cala Otero
2 de abril de 2016

Jairo Cala Otero

jairo calaPor temporadas, y por alguna razón que todavía no se conoce, muchos colombianos imponen la «moda» de trajinar con vocablos o expresiones acuñadas, generalmente, en algunos medios de comunicación. El mal ejemplo de los otrora llamados «chicos de la prensa» se riega como pólvora, hasta convertirse en una verdadera pandemia lingüística malsonante y cansona.

¿Recuerda usted las refritas expresiones «retén ilegal», «pesca milagrosa», «minas quiebra patas» y «paro camionero» ─para no citarlas todas─, que tronaron en radiodifusoras, periódicos y canales de televisión en una época? Bien. Ese fenómeno pone de manifiesto hasta la saciedad el descuido de muchos comunicadores, primero, y de otros hablantes, después, frente a su deber de consultar diccionarios y actualizarse en normativa gramatical.

Hoy, la manía cambió de curso. Ahora seleccionaron la palabra tema. La hacen sonar y la escriben desde que el sol despunta tras los cerros tutelares de las ciudades hasta que se oculta en el poniente. Entre el grueso de vivientes que rastrillan ese vocablo en toda ocasión y para toda referencia, no se escapan los llamados ejecutivos, que presumen de tener mucho conocimiento en todas las áreas del saber humano.

Veamos algunos ejemplos, que seguramente le han zumbado a usted en sus oídos, o le han nublado sus ojos:

  • «Fiscal Germán Pabón, ¿cómo está enfrentando el tema de la corrupción en el caso del carrusel de la contratación?». De un periodista en una cadena radial.
  • «Los alcaldes han sido ‘muy ineptos’ con el tema de El Carrasco». Titular del diario Vanguardia Liberal, de Bucaramanga, al aludir a la emergencia sanitaria en el sitio de disposición final de los desechos domésticos en la capital santandereana.
  • «Investigamos el tema de los controladores aéreos, y ahora averiguamos sobre el tema de los pilotos». Del director de la Aeronáutica Civil de Colombia al hablar de una protesta que afectó las operaciones aéreas en todo el país. Hizo doblete, por si acaso quedaba duda de cómo hablar del tema.
  • «En la reunión se abordará el tema de los ataques de la guerrilla en el Cauca». Tampoco se escapa el ministro del Interior. Cuando la reunión terminó, el funcionario dio un parte entusiasta al decir que «el tema de la guerrilla fue analizado con sumo cuidado».
  • «Les hice creer que cambiaría el documento, pero por tema de dignidad no lo hice»: Un coronel, acusador del general Palomino, director de la Policía Nacional, al explicar el escándalo sexual que compromete a este oficial, también acude al uso del giro del tema.

Por supuesto, si siguiera señalando citas yo no terminaría la lista. Porque son muchas las situaciones en las que el manido uso y abuso de esa palabrita palpita a cada segundo, en la lengua de cientos de personas y en las páginas de muchos periódicos y revistas. Esos hábitos de expresión, que se vuelven eco de manera inconsciente merced a la «cadena» que se construye a punta de repetición de palabras, terminan por aburrir a lectores, televidentes y radioescuchas. Si alguien tuviese duda, que les pregunte a ellos. ¡Ya escucharán lo que responden!

Corrijamos los casos aquí citados, para que sepamos que sí hay alternativas gramaticales para no acudir a esos giros inútiles y farragosos:

  • «Fiscal Germán Pabón, ¿cómo está enfrentando la corrupción en el caso del carrusel de la contratación?». Lenguaje directo, sin rodeos, sin «adornos» que afean la expresión.
  • «Los alcaldes han sido ‘muy ineptos’ frente a la crisis de El Carrasco». También lenguaje directo porque lo que hay alrededor de aquel problema sanitario es una crisis.
  • «Investigamos la protesta de los controladores aéreos, y ahora averiguamos sobre la negligencia de los pilotos». Así ya no es malsonante la expresión. Se acude a la diversificación del vocabulario.
  • «En la reunión se hablará acerca de los ataques de la guerrilla en el Cauca». Así, porque tales ataques violentos son analizados en esas reuniones.
  • «Les hice creer que cambiaría el documento, pero por dignidad no lo hice». Quitando ‘tema de’ la oración queda depurada, y es más directa.

La dificultad radica en que una gran franja de hispanohablantes no conoce la estructura de las oraciones gramaticales. Por esa simple razón viven convencidos de que para hablar o escribir se puede acudir a cualquier ocurrencia. Claro, por supuesto que pueden hacerlo, pero la repercusión será la de ser tachados como malhablados y malos redactores.

Como la palabrita aquí analizada no está proscrita, ni tampoco se la puede enviar al cesto de la basura, porque sigue teniendo utilidad puntual, yo termino aquí este tema. Espero que haya usted recibido suficiente ilustración sobre él.