Una joya coleccionable
Este Ford es una joya de colección y, a pesar de que tiene 67 años, todavía da palo. Su propietario, Marco Aurelio Marín, viaja varias veces en el día en este «pichirilo» a Mistrató en idas y vueltas que le aseguran les tres golpes del día. Aunque todo es original, empezando por el motor, pocas veces lo ha dejado en el camino en los 23 años que sirve esta ruta. Dice que no ha pensado venderlo pero que si le ofrecen veinte millones de pesos se desprende de él. «Si en este carro estuviera montado José Mujica», ya le hubieran dado dos millones de dólares», remató.