25 de abril de 2024

El déficit fiscal

3 de agosto de 2015
Por Albeiro Valencia Llano
Por Albeiro Valencia Llano
3 de agosto de 2015

el papa francisco

Nuestro sistema de salud tiene un hueco de tres billones de pesos y el ministro, Alejandro Gaviria, propuso tres medidas: modificar el sistema de aportes para evitar evasiones, aumentar los porcentajes de cotización de las personas que ganen más de cuatro salarios mínimos y crear nuevos impuestos para las bebidas azucaradas. El debate sobre las causas y soluciones del aumento del déficit en cuenta corriente apenas toma impulso. Hace un año la economía colombiana crecía al ritmo del 6,4% y hoy es de 2,8% con tendencia a la baja. El Fondo Monetario Internacional presentaba a Colombia como una excepción en América Latina y predecía que crecería 5% para el 2015, pero luego cayó una cascada de índices negativos en el petróleo, la industria, las exportaciones, las importaciones, las licencias de construcción, el consumo de energía, lo que hace pensar que el crecimiento a duras penas llegará al 2%; para empeorar la situación el dólar se disparó y se desbocó la devaluación ¿Qué tan grave es la crisis?

El dólar sigue subiendo

Hace un año el dólar estaba a 1.800 pesos lo que molestaba al gobierno y a los exportadores, que esperaban una mayor devaluación para aumentar los ingresos; el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, afirmaba que la divisa debía estar por encima de dos mil pesos. En realidad nuestra moneda venía revaluada desde hacía cuatro años, pero se enloqueció y empezó a bajar en caída libre, pues en lo corrido del año se devaluó 20% y, finalizando el mes de julio, el dólar llegó a 2.854 pesos.

¿Por qué se disparó el dólar? Uno de los principales detonantes es la caída de los precios del petróleo que pasó de 110 dólares el barril a 47, con tendencia a la baja; este rubro le representa a Colombia el 16% de los ingresos fiscales. Para medir la dimensión de la crisis basta recordar que en 2013 el gobierno recibió 23,6 billones de pesos por renta petrolera, y este año solo conseguirá 9,6 billones. Las exportaciones tampoco ayudaron; el petróleo cayó 47% en los primeros cinco meses del año y la venta de carbón el 20%. A esto hay que sumarle la drástica disminución de la inversión extranjera. Otro hecho que contribuye a disparar la divisa tiene que ver con la posible alza en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos; la consecuencia sería la salida de capitales que están en países emergentes, buscando mayor rentabilidad.

El Gobierno asegura que la tasa de cambio todavía no perjudica la economía colombiana, sin embargo los nubarrones se oscurecen si la divisa supera los tres mil pesos. El gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, afirmó que “sería preocupante si desanclara las expectativas de inflación, produjera inestabilidad financiera o generara desorden en los mercados de activos financieros. En la actualidad no hay evidencia sobre estas condiciones”. El problema es que la inflación está alta y, si continúa la devaluación, es posible que se encarezca más la canasta básica.

Nubarrones en la economía

Se dice que el país está entrando a una crisis económica porque el tipo de cambio se devaluó 20% en dos meses, las exportaciones cayeron 40%, el salario real desciende y la producción industrial va en picada. Esto es consecuencia del déficit en cuenta corriente acumulado en la última década, del aumento exagerado de las importaciones y de la caída de los precios del petróleo. La falla está en el modelo económico basado en las locomotoras; la más importante, representada en la minería, se derrumbó, la industria y la agricultura se estancaron y la construcción viene cayendo. A esto se le agrega que la inflación supera el ajuste del salario, el desempleo sigue con tendencia al alza y se amplían las desigualdades.

El modelo económico se basa en una gran dependencia de los commodities (productos básicos) y dejó de lado a sectores fundamentales como la industria y la agricultura. En general la devaluación de una moneda hace posible el aumento de las exportaciones, sin embargo esto no se ve hoy en los mercados emergentes debido, entre otras razones, al tímido crecimiento en Estados Unidos, Europa y China y por los bajos precios de las materias primas; ante esta realidad los países que dependen de modelos de crecimiento basados en las exportaciones se tienen que ajustar a la débil demanda y a los bajos precios de los commodities.

En los cuatro primeros meses de 2015 la disminución de las exportaciones fue 3,6 veces mayor que la de las importaciones y allí tenemos parte del déficit de cuenta corriente; por esta razón el Banco de La República advierte que el saldo negativo en este indicador es “una de las fuentes de mayor vulnerabilidad para la economía colombiana”. Cuando a esto se le suma la brusca devaluación y se compara con las sacudidas de 2002 y 2008, después de la crisis financiera internacional, algunos expertos aseguran que hoy el país está mejor preparado para un choque de esta naturaleza porque tiene un colchón de más de 45 mil millones de dólares en reservas internacionales, tiene acceso a los mercados de capitales externos y una mejor situación fiscal que en el pasado. Y nos consolamos porque gozamos de una mejor situación que otros países de América Latina, como Venezuela, Brasil y México; pero hemos descuidado la industria, y una mayor devaluación encarece los insumos y afecta la inversión.

¿Qué hacer?

Según los expertos, al gobierno se le está estrechando el margen de maniobra y tendrá que resistir los altos precios de la divisa por algún tiempo; recomiendan ajustar los gastos, hacer una reforma tributaria y estudiar un nuevo modelo económico para recuperar los ingresos fiscales petroleros. No se puede seguir dependiendo de la locomotora minera, ni de la construcción de vías, ni de los programas de vivienda.

El déficit en la cuenta corriente está cerca del 6% del PIB, uno de los más altos de América Latina y es uno de los indicadores que tienen en cuenta los inversionistas internacionales, pues indica el estado de salud de una economía. Y si el paciente empeora pierde el grado de inversión. Como se dijo antes la actitud del gobierno es dejar que la devaluación siga su curso, recortar el gasto público y esperar que se corrija el desbalance externo; pero si se disparan la devaluación y el déficit se crea un círculo vicioso con efectos traumáticos sobre la producción y el empleo.

El país llegó a una situación de crisis porque falló el modelo económico; es que la economía se montó en una estructura de importaciones y de exportación de minerales y, como era de esperarse, se derrumbó el andamiaje. En este punto se plantea modificar el modelo; como dice el economista Eduardo Sarmiento “Hay que intervenir el tipo de cambio, revivir los aranceles, racionar la inversión extranjera, renegociar los TLC y poner en práctica, lo más pronto posible, una política industrial y agrícola”.

Por último, el Gobierno propone un proyecto de ley para transformar el campo, sin embargo el ministro de Hacienda anunció un recorte en el presupuesto de inversión para 2016 y uno de los sacrificados será el Ministerio de Agricultura. Se calcula un tijeretazo del 50%, lo que pondría en peligro el papel del ministerio en el posconflicto.