19 de abril de 2024

Santos, ¿el Presidente más mentiroso?

8 de julio de 2015
Por Napoleón Peralta Barrera
Por Napoleón Peralta Barrera
8 de julio de 2015

Napoleón Peralta Barrera

pluma ilustracionNi los más vulnerables, entre ellos los pensionados, se salvan de la carga impositiva y parafiscal de Santos, no obstante su promesa como candidato presidencial: «Le puedo firmar sobre piedra o mármol, si es necesario, que no voy a incrementar las tarifas de los impuestos durante mi Gobierno» (El Tiempo, 06/2010). Al llegar a la Presidencia, Juanpa incumple con soberbia la promesa y hace varios ajustes tributarios. Y ahora prepara una reforma tributaria para “venderla” después de elecciones, esto es, desde fines del 2015.

Algo peor ocurrió con el compromiso que Santos firmó junto con los directivos de la SAC, la ANDI, ASOBANCARIA, FENALCO, ACOPI, CGT, CTC y CDP (Acta de 24-12-2013) para “eliminar el aporte obligatorio de salud para la población pensionada”… Que fue replanteado (31-12-2013) en el sentido de reducir dicho aporte parafiscal del 12% al 4%. Y lo ratificó como presidente-candidato en discursos de campaña, al igual que el candidato a la Vicepresidencia, Vargas Lleras. Acrecentaron su votación en todo el país. Y ya elegidos (i) traicionaron a los pensionados y a todos los  trabajadores y empleados de Colombia, y (ii) ocultaron el proyecto en ciernes para imponer un tributo a las pensiones (retención a la fuente), no inferior al 11%. Es decir, del compromiso de campaña del 4%, saltaron al 23% (y más en algunos casos), una carga tributaria y parafiscal injusta para los pensionados. Claro que con ello Santos empezó a cumplir las exigencias de la OCDE, aquí prohijadas por la denominada Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria.

En efecto, por orden de la OCDE (¿“recomendación” nomás?), Santos conforma y contrata por nueve meses la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria, integrada con nueve dioses de la economía criolla. Que son algo así como ventrílocuos de Juanpa. En la práctica, sus “recomendaciones” son fallos inapelables para establecer impuestos y obligaciones parafiscales. Y no procede apelación ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, también conocida como el “Club de los países ricos”). Lo que diga la OCDE y lo replique la susodicha Comisión tiene el carácter de “verdad revelada e inmutable”. Que es propia de la Palabra de Dios, que no incurre en injusticia ni en error. ¿De acuerdo, Juanpa del alma? ¿Igual que tu palabra soberana, pero quebradiza?

La OCDE, un organismo de cooperación internacional, coordina ¿o impone? políticas económicas y sociales para maximizar el crecimiento económico de los países afiliados y no afiliados. Creada en 1960, funciona en el Château de la Muette, en París (Francia). Y Colombia ingresa a ella en el 2016, si hace méritos a costa del bolsillo de los colombianos. Ingresar al Club de los países ricos, cuesta, y para ello Juanpa sacrifica a los pensionados y a la masa tributaria del montón (impuestos, parafiscales, IVA, etc.)

Una campaña mediática invasiva ha de decir que esa pócima tributaria inunda a Colombia de ríos de leche y miel. Que su aprobación es de vida o muerte. No importa la mermelada, la burocracia y los contratos que demande. Ni otras cuantas mentiras y falsedades con apariencia legal y al amparo del maltrecho paraguas del proceso de paz.

¡Que nos inspire la protesta ecuatoriana reciente, que rechaza el afán tributario del Gobierno!