29 de marzo de 2024

Cuando Alzate era un estudiante de derecho

29 de junio de 2015
Por William Calderón Zuluaga
Por William Calderón Zuluaga
29 de junio de 2015

LA BARCA DE CALDERÓN

Por William Calderón Zuluaga

william calderonEl escritor y periodista quindiano Jaime Lopera Gutiérrez comparte con los lectores de La Barca esta sabrosa anécdota que le hizo llegar su amigo Mauricio Reyes, ocurrida en Medellín cuando el caudillo conservador manizaleño Gilberto Alzate Avendaño estudiaba derecho en la Universidad de Antioquia.

Un profesor de romano

Cuentan que un profesor de derecho romano era tan rutinario que siempre en los exámenes finales, que eran orales, empezaba a preguntar en orden alfabético de lista, empezando por la tesis uno, luego la dos, la tres y así sucesivamente, hasta terminar en la veinte.

Resulta que un día entró al examen el alumno Gilberto Alzate Avendaño, el primero de la lista, imbatible por su doble A. Sabedor de la rutina del profesor solamente estudió la tesis uno. Pero por primera vez en treinta años el profesor resolvió preguntar al primer alumno por otra tesis, en este caso la quinta. Alzate Avendaño le recordó que siempre preguntaba en orden numérico y que debido a eso él solamente había estudiado la tesis número uno. El maestro le habló de la discrecionalidad para preguntar, que ese era un privilegio incuestionable del profesor y le repitió la pregunta.

Alzate Avendaño, recurriendo a lo aprendido en otras materias, le alegó que no podría hacerlo pues la «costumbre hace ley» y si como el profesor

había preguntado invariablemente comenzando por la tesis uno, durante treinta años, cosa sabida de todos, en esta ocasión, debido a este sagrado principio del derecho, no podía preguntarle justo al primer alumno, además Alzate Avendaño, la tesis cinco. El profesor se quedó mirándolo un rato. Alzate Avendaño sin decir más le sostuvo la mirada, tratando de ser convincente. Quizás le pareció pertinente el argumento al sorprendido y metódico maestro porque, disimulando una sonrisa, se dio por vencido y le preguntó por la tesis número uno.

 

Entre el Maestro y el General

Esta otra anécdota pertenece a la cosecha de La Barca de Calderón:

En los tiempos universitarios de Alzate Avendaño, en Medellín, el joven manizaleño solía coincidir en unas amenas tertulias literarias, en el Café “La Bastilla”, del centro de la Bella Villa, con don Tomás Carrasquilla, el famoso autor de novelas tan prestigiosas como “La Marquesa de Yolombó” y “Frutos de mi tierra”.

Después de tomar asiento, el joven saludó a los asistentes y se dirigió así al escritor costumbrista:

“Oiga, don Tomás, a usted por qué lo llaman MAESTRO”?

Respuesta del genio de las letras maiceras:

“Hombre, Gilberto, será por lo mismo que llaman a tu papá GENERAL”.

 

Sobre elección de gerente de

la Federacion de cafeteros

Damos curso, en La Barca, a este interesante pronunciamiento alrededor del proceso de selección del nuevo gerente general de la Federación de Cafeteros:

Compañeros

Comité Directivo

Federación Nacional de Cafeteros de Colombia

Cordial saludo

El clima de deliberación signado por la verdad, la justicia y la honorabilidad, propio de nuestro Comité Directivo, es medio de protección y defensa de la integridad y vigencia de la Federación Nacional de Cafeteros, como gremio e institución que es y se debe a la causa superior de sus mandantes: los caficultores colombianos.

Velemos de forma consecuente, para garantizar que el proceso de elección del nuevo Gerente General se desarrolle con la cabal aplicación de los Estatutos , criterios y elementos de perfil que propone esta Corporación a los delegados al próximo Congreso Nacional Cafetero.

No demos pie a tergiversaciones, con lugares comunes y prejuicios que lo único que puede producir es desconfianza y destruir el gran activo organizacional e institucional que es nuestro gremio y su Federación.

Muchas gracias por su deferente actitud de escucha, análisis y ponderadas decisiones.

José Fernando Montoya Ortega