La final del fútbol bajo la lupa de Wbeimar
EL SANTA FE, CON LA BENDICIÓN CARDENAL
Santa Fe alcanzó su octava estrella en el fútbol profesional colombiano, mientras Medellín se quedó sin nada ; ni título, ni Copa Sudamericana, ni Copa Libertadores. LA DIFERENCIA ESTUVO EN LA EFICACIA : mientras el local en dos llegadas durante los 90 minutos marcó un gol, el visitante en más de una docena de situaciones frente al arquero Camilo Vargas, obtuvo solo la igualad. Medellín tuvo más la pelota, se acercó con más peligro, pero no supo resolver en la finalización de las jugadas.
EL CONTRA-GOLPE MATADOR
Santa Fe se refugió en su escondite, para defender el espacio y mató en un contragolpe, a los 48 segundos del segundo tiempo. Saque largo del arquero Vargas, rechazo de cabeza de Mosquera de frente y a LUIS CARLOS ARIAS , le quedó el rebote. Sin pensarlo dos veces, sacó un zurdazo y Bejarano emprendió el vuelo tarde. La pelota entró por la ratonera, destruyendo la ilusión de los seguidores del poderoso. Santa Fe es campeón desde la especulación, pensará alguien, pero en el fútbol todos los estilos son válidos, siempre y cuando sean cobijados por el reglamento. No valió el esfuerzo descomunal de la gente de Hernán Torres.
EL MANEJO DEL BALON
Si bien es cierto que Medellín fue superior en el manejo de la pelota y en las llegadas del primer tiempo, además de mostrar solidez defensiva porque desbarató las contras del rival (sólo un remate de Armando Vargas en 45 minutos), también lo es el hecho de que sus disparos o dieron en el travesaño o los balones pasaron sacándole la lengua a Camilo Vargas. Y como al que le van a dar le guardan, Santa Fe en la segunda y última llegada, situó en la pizarra el 1-0. Es casi un axioma, que los equipos generosos en ataque, terminan sufriendo, por los zarpazos del contraataque. Medellín transformado en huracán, únicamente conquistó un gol, como premio a su insistencia. La puntería no fue aliada del onceno antioqueño.
LA PRESION DE LOS CARDENALES
Clave en el bloque defensivo cardenal, fue la presión intensa de sus volantes y la seguridad de sus centrales en el juego aéreo. A los visitantes, le faltaron velocidad , potencia y precisión en los metros finales de la cancha. No hubo ni una genialidad, ni una jugada de tiro libre, transformada en gol. El capítulo de más llegadas, queda en la anécdota, cuando la pelota no pasa la raya del arco. A los 87’ hubo un centro al área de Vladimir y doble cabezazo de Hérner y ANDRÉS MOSQUERA para el 1-1. Alegría pasajera y eficacia tardía, no obstante que llevó todos sus batallones a terrenos enemigos, en la mayor parte del compromiso.
EL COLOFON DEL PARTIDO
Santa Fe celebró y Medellín debió resignarse, porque ya había entregado la mitad del tesoro en el Atanasio. El inmenso caudal de seguidores del poderoso, en Antioquia y Colombia, entiende que no hay medicinas contra los dolores del alma.