28 de marzo de 2024

La supermodelo transgénero

16 de noviembre de 2014
16 de noviembre de 2014

 

LEA

Si bien las figuras transgénero están cada vez más presentes en publicidades y desfiles, esta es la primera vez que una grifa del impacto de Redken elige a una de ellas para protagonizar una campaña, en este caso de la línea de productos capilares Chromatics. En buen romance, esto significa que la cara de la brasileña Lea T mirará directamente a los ojos a millones de clientas en salones de belleza y supermercados de todo el mundo, presentándose así como un nuevo paradigma de belleza global.

En estos días, expertos en marketing han señalado que detrás de la decisión de Redken hay una estrategia para vender más sus productos porque, es sabido, la diversidad vende. Pero, a su vez, este tipo de decisiones empresariales contribuyen también a que este colectivo consiga mayor aceptación social.

«Empezaron con modelos, después llegaron las celebridades y ahora es el turno de lo diferente. Como en la moda. Esta obsesión por descollar a golpe de titular no cuenta con demasiados precedentes más allá de la iniciativa antisida Viva Glam protagonizada por la célebre travesti RuPaul para la casa canadiense MAC en 1994», consignó esta semana un artículo en El País de Madrid.

La marca decidió salir públicamente a comentar su decisión, que anunció con bombos y platillos. «En ella (Lea T) se refleja la visión global que tiene Redken de la belleza, además, tiene un concepto único y especial de sí misma y una belleza muy personal», afirmó Shane Wolf, director internacional de la firma. Lea, por su parte, se mostró muy satisfecha con la elección. «Me encanta trabajar con Redken porque aprecian la belleza en su totalidad y creen en el carácter individual y único de cada persona», aseguró esta brasileña, con una historia complicada con, hasta ahora, final feliz.

Lea nació en 1981 en Belo Horizonte (Brasil), en el seno de una familia muy católica. Su padre es el exjugador de fútbol Toninho Cerezo, una celebridad, y su madre una mujer de una profunda religiosidad. Desde siempre, su familia notó en ella algo diferente. «Cuando mi papá estaba en casa me miraba y me decía que era raro. Es demasiado femenino, tenemos que hacer algo con él, afirmaba». Todos empezaron a rezar para que no fuera gay; esas y otras manifestaciones no le hicieron nada bien a una personalidad que vivía un proceso interno difícil. «Darme cuenta de que me gustaban las personas del mismo sexo fue un tabú para mí», dijo hace tres años en El show de Oprah. «Me sentía realmente muy incómoda», agregó. Lea transitó, entonces, una adolescencia complicada: la atemorizaba la idea de la transexualidad.

Más adelante, cuando comenzó a presentarse como una mujer, se sentía mejor con ella misma, pero esa autenticidad la hacía estar constantemente a prueba. «Es realmente difícil porque te peleás con el mundo —le dijo a Oprah—. Peleás con tu familia y peleás contigo mismo también porque debés cambiar todo dentro de ti».

En 2008, Lea T comenzó una terapia de reemplazo hormonal e inició el camino para que le practicaran una cirugía de reasignación de sexo. El proceso fue duro. Se sentía realmente muy angustiada. Estaba, recordó, muy desilusionada con la vida. No era para menos: la gente se reía de ella por la calle.

«Cuando comencé a tomar hormonas, lloraba en el baño. Y no sólo por el shock emocional. Pensaba: Nadie me dará un trabajo, ¿cómo voy a hacer esto? Yo no quería trabajar en clubs, no quería trabajar en la noche y en la prostitución». Y agregó: «Todo parece un escándalo cuando sos transexual. Es difícil encontrar oportunidades».

Su suerte cambiaría, un cambio que tiene nombre propio: Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy. Fue quien animó a Leandro a convertirse en Lea T y a vestirse de mujer. «Frágil, súper femenina y aristocrática… Una verdadera diosa. Sentía su fuerte femineidad», recordó a El País de Madrid.

Primero la contrató como asistente y la tuvo detrás del escenario. Después, en 2010, cuando lanzó una colección de estilo andrógino la hizo una de las figuras de la campaña. Así Lea pasaba a la historia como la primera modelo transexual de una gran grifa de moda.

Después, el camino sería más fácil. Lo que siguió la lanzó al estrellato, en especial con la actitud que tomaron tres revistas de primera línea: Vogue decidió mostrarla desnuda en sus páginas, Love la puso en su portada besándose apasionadamente con Kate Moss y Luvre la hizo protagonista de su producción central, con prendas de Givenchy Haute Couture y Spring Ready To Wear. A partir de entonces, los desfiles pasaron a hacer una constante.

De todos modos, su vida personal seguía complicada. Con su padre, no lograba hablar del tema. Incluso el famoso futbolista llegó a decir que tiene tres hijos y no cuatro. Además, el amor tampoco es un tema que le es fácil.

«No me puedo permitir el lujo de enamorarme. La mayoría de los transexuales que consiguen novio le ocultan su verdadera identidad a sus parejas. Viven en la hipocresía, que es una variedad de la soledad. Nacemos y crecemos solos. Después de la operación volvemos a nacer. Pero solos otra vez. Y morimos solos. Es el precio que tenemos que pagar», afirmaba a El País de Madrid.

La operación llegaría en 2012, otra etapa removedora para Lea. Fue un período que recuerda como realmente intenso, con mucha presión sobre su vida. Un tiempo para entender también que la reasignación de sexo no cambiaría nada profundo de su personalidad o de su carácter. «Mediante un cambio de este tipo se cambia una parte de tu cuerpo. Eso es todo. Vas a ser la misma persona, me decían. Así fue. Cuando me desperté después de todo, seguía siendo yo, y me seguían gustando las mismas cosas», contó a The Guardian.

En ese periódico, al igual que en muchas otras entrevistas que ha dado, le consultan sobre sus preferencias sexuales. Dice que en general le gustan los chicos, pero que no descarta en un futuro tener una relación con una mujer. «No es un tema que sea para mí un problema. Creo mucho más en el amor y en el corazón», ha dicho. Ahora, aclara, está soltera, pero con ganas de conseguir pareja.

UNA ACTIVISTA ANTI BULLYING

Cada vez más se apuesta por las «bellezas diferentes»

A principios de mes la firma Redken anunció en Twitter que Lea T era su nueva musa, a la que definió como modelo y activista anti bullying (foto de arriba). Esta es la consagración de una figura que ya ha tenido importantes reconocimientos y ha sido rostro de grifas como Benetton (foto del centro) y Givenchy, la marca que decidió apostar por ella en 2010 poniéndola como modelo principal en desfiles. El caso de esta brasileña se suma al de la actriz Lupita Nyongo, cuya imagen fue elegida por Lancôme. «La moda, sin embargo, más ducha en estos menesteres, cuenta con una larga experiencia a la hora de apostar por bellezas diferentes», señaló El País de Madrid. Y cita varios ejemplos de modelos transgénero: el caso más pardigmático es Andreja Pejices, con su trabajo para firmas como Marc Jacobs y Jean Paul Gaultier, que le llevó a portadas de numerosos medios. En 2011, The New York Magazine la nombró «el chico más guapo del mundo».