28 de marzo de 2024

Cafés tradicionales, espacios en vías de extinción en Manizales

23 de febrero de 2014
23 de febrero de 2014

 

la cigarra

El periodista, abogado, compositor y cantautor Jairo Castro Eusse, una institución en cuanto a historia manizaleña comparte su saber y sus recuerdos:

“Aquí hubo unos cafés emblemáticos muy importantes, por ejemplo el café Adams, ubicado donde hoy es el edificio del Banco del Comercio al frente de la Catedral, fue destruido cuando se calló la torre izquierda de la iglesia en el temblor del año 62.

En esa época también estaban funcionando dos cafés sumamente tradicionales en Manizales, el café El Polo y La Cigarra, que estaba  situado frente a lo que hoy es nuestro Palacio Nacional”.

El Polo rueda de negocios, La Cigarra discusión política

“En el café El Polo se reunían en esa época muchos cafeteros, negociantes y prestamistas,  así se  sabía quién prestaba platica, muchas viudas de la ciudad buscaban estos comisionistas para que les “trabajara” el capital.

El café La Cigarra por estar situado frente del Palacio Nacional era prácticamente el café de los políticos, de los abogados allá me encontraba al alcalde, al gobernador, a los funcionarios públicos y los que manejaban cierta élite, el director del Comité de Cafeteros, el presidente de Fenalco,  era el tertuliadero obligado de todos.

Inclusive el periodista Orlando Cadavid Correa que tenía unos noticieros aquí en Manizales, tenía una sección que se llamaba en la Cigarra donde se cuecen la habas, porque era el sitio de encuentro de los políticos y donde uno se reunía ese tipo de gente para tertuliar y conseguir información”.

Después de 57 años de acoger toda una tradición de encuentro, política y periodismo en Manizales, La Cigarra se silenció para siempre y con ella se cierra el capítulo de los cafés de tertulia en la ciudad.

“Entonces nos queda solo el Osiris pero este no era un café muy frecuentado por los altos ejecutivos, sino más bien por lo músicos, la gente que va a jugar billar, es un sitio más de bohemia y por eso ponen la música a todo volumen”.

Los invito a tomarnos un tinto  el Osiris, el último de los cafés de tradición, vamos a compartir un rato con sus visitantes.

Cuéntenme señores porque es importante este espacio en  la ciudad, que hacen ustedes dentro de este café:

“Aquí venimos a charlar, a buscar una tranquilidad y una parsimonia donde podamos estar con las amistades, hablar de temas diferentes y jugar billar”.

¿Qué tiene de especial este café?

“Está en un sitio estratégico y la clientela que llega sobre todo a jugar son un grupo de señores, jubilados y colegas, pero hay unos ratos especialmente en las horas de la tarde que para usted conversar o hablar por teléfono tiene que salirse a la calle, porque aquí no se puede hacer nada de eso.

Sí, yo estoy de acuerdo con el amigo Carlos, el alto grado de decibeles en la música perturba la concentración sobre todo de las  personas que vienen a pasar un rato agradable entre amigos, a cambiar ideas, a contarse cualquier historia, no podemos darnos ese lujo de venir a conversar nada porque la bulla no nos deja escuchar, aquí no hay que traer un dolor de cabeza porque de aquí se lo lleva puesto.

Para Señal Radio Colombia desde Manizales, esta fue una crónica de Ana María Escobar.