La reelección
Otro tema de gran importancia por la institución y la persona involucrada, lo constituye los líos de la señora Sandra Morelli, respecto al cuestionado contrato de arrendamiento en donde funciona la sede de la Contraloría General, de propiedad según lo informan medios de comunicación de personajes presuntamente involucrados en indagaciones por lavados de dinero, con idéntica situación respecto a la sede del departamento del Meta, cuyos dueños están acusados de introducir droga a los EEUU y extraditados en el 2011.
Son muchas las explicaciones que tendrá que dar ante las autoridades competentes y opinión pública tan encopetada funcionaria estatal.
Pero retomando el tema central de la reelección presidencial, digamos que se trata de un fenómeno electoral vigente en algunos países, incluido Colombia que implica que un ciudadano que ha sido presidente pueda volver hacerlo en forma consecutiva o por período interpuesto.
América latina viene sufriendo de fiebre reeleccionista, ya que en los últimos años se ha impuesto la tentación de eliminar toda cláusula constitucional que limitara la cantidad de mandatos consecutivos convirtiéndose en un objetivo de los presidentes actuantes, ejemplo que siguió nuestro país cuando en la mitad del cuatrienio de quién hoy aspira a convertirse en jefe de un bloque parlamentario de oposición se reformó la constitución para instaurar la reelección inmediata.
Para analizar las ventajas y desventajas, es conveniente tener en cuenta que en los sistemas presidencialistas, como el nuestro, el presidente es al mismo tiempo, jefe de Estado y jefe de gobierno, lo cual le otorga especial importancia a la campaña de reelección en lo que tiene que ver con los sistemas de pesos y contrapesos.
La excusa que se da para defender la figura es la de “poder consolidar lo obrado o cosechar lo sembrado“, y se enumeran ventajas, entre otras las siguientes: Más tiempo para desarrollar las propuestas de campaña, ejecutar políticas de Estado de larga duración, permite promover la democracia, aprobando o desaprobando un ejercicio de gobierno.
Para los críticos de la reelección, es la manera de impedir la perpetuación en el poder, casi siempre ligados a los grupos económicos poderosos y cuando culminan sus mandatos acuden a movimientos suprapartidistas para obtener una nueva reelección como forma de mantener su mando hasta el último momento.
La reeleccionitis aguda, se fundamenta según estudios de sociología política, en la debilidad de los controles sobre el poder presidencial, el descrédito de los partidos, los errores de los gobiernos pasados y la falta de voluntad política para obtener la igualad social, con programas encaminados a erradicar la pobreza, la hambruna y abandono de la justicia social.
No sobra decir que por defender una política de continuidad gubernamental, se pueda caer en el populismo estatal, sobre todo en el campo económico, de ofrecer, prometer todo, solo por la búsqueda del voto ciudadano.
El país tendrá que hacer el debate político y académico, con altura y sin apasionamientos, para determinar si el cambio constitucional de permitir la reelección ha sido positivo para la Nación, o si por el contrario lo que más le conviene a la poca democracia que nos queda es la extensión del período constitucional como se propuso en el pasado, dando lugar a la creación de una institucionalidad fuerte y libre de ambiciones electorales a futuro.
Adenda uno: Culminó con éxito el encuentro de “Afro descendientes”, celebrado en las ciudades de Cali y Cartagena. Estadísticamente se dice que el 4% de la población colombiana es de pura raza negra y muchos de ellos han sobresalido por su cultura, inteligencia y servicios prestados al país.
La discusión se centra en definir qué se entiende por afro descendientes: algunos prefieren el calificativo de negros, otros utilizan la expresión “Afro”. Independientemente de las dos concepciones, la interpretación generalizada es la de ser descendientes de una población negra africana, secuestrada y traídos a las Américas como esclavos.
Cómo no recordar al intuitivo, hábil político y jurista chocoano, Diego Luis Córdoba, pionero de la educación del negro en Colombia, impulsor contra viento y marea de la creación del departamento del Chocó, frente a la férrea oposición de Antioquia, experimentado parlamentario, compañero de lucha partidista de Jorge Eliecer Gaitán, socialista integral y liberal para efectos de participación electoral, y autor de la conocida frase: “Los negros en Colombia lucharon por la independencia, recibieron la libertad, pero aún siguen esperando la igualdad.”
El negro Diego Luis como se le conocía, fue la voz de una raza sin voz en ese entonces.
Muere en Mayo de 1964, a la edad de 57 años en México, en tránsito para los EEUU donde se sometería a una intervención quirúrgica.
Adenda dos: Las redes sociales desempeñarán un papel fundamental en las próximas elecciones parlamentarias al revisar y denunciar la presencia de candidatos de dudoso cuño en las diferentes listas que los partidos y movimientos políticos presentarán a consideración del electorado nacional.
No será extraño encontrar allí personajes con cuestionamientos sociales, de militancia partidista no ajustada a las reglas de la moral administrativa, con actuaciones y vinculaciones que lindan con las normas penales, quienes habilidosamente buscarán obtener el apoyo popular.
Es la hora de volver por la credibilidad del Congreso, hoy criticado, desprestigiado y con un precario respaldo ciudadano.
Bogotá, Septiembre 24 de 2013
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