18 de abril de 2024

Si proyecta comprar vivienda, ojo que este puede ser su drama

26 de febrero de 2013

Sin embargo, seguramente a espaldas del mismo Fondo, algunos de esos constructores ofrecen sobre planos viviendas a buen precio. Son proyectos a los cuales los afiliados al FNA pueden acceder mediante el pago de un anticipo o “separación” de, como en el caso que conocimos, de $1.500.000, mientras se adelantan los trámites y se obtiene la aprobación del crédito del Fondo.

Se comienza a caer en la trampa

No obstante, al entregar ese primer pago, el aspirante recibe un documento que acredita el abono económico pero como si se tratara de un contrato de adhesión, jurídicamente discutible, denominado “Promesa Irrenunciable de Compra-venta”.

En el documento se señala que si usted desiste de la compra del inmueble, deberá pagar una sanción  equivalente al 15 por ciento del precio de la unidad habitacional, según lo señala una abusiva cláusula penal incluida en el texto.

El caso puesto en conocimiento de El Campanario es el de una pareja de esposos que de una parte fue rechazada por el Fondo su solicitud de préstamo, en primer lugar y adicionalmente, se van a trasladar a otro país porque ella y el recibieron buenas ofertas de trabajo.

Mientras el Fondo les comunicaba el rechazo del crédito, enviaron de buena fe una carta en la cual desistían de la compra.

Castigo millonario por desistir

Ambas son causas de fuerza mayor. Sin embargo, la  ágil respuesta de la constructora en una primera comunicación fue que debían pagar 22 millones de pesos como penalización por desistir el negocio.

Imagínese amable lector la angustia y el desvelo de ese matrimonio ante la perspectiva económica que les caía encima a estos dos jóvenes profesionales antes de preparar maletas: de dónde iban a sacar el dinero para regalárselo a una compañía constructora que no les daba nada a cambio? debían abandonar la oportunidad laboral que se les ofrecía con mejores ingresos de los que perciben en Colombia? Sería posible actuar de mala fe para conseguir un préstamo bancario y desaparecer para cumplirle a la constructora?

Una rebajita muy “caritativa”

En extensa carta enviada el 11 de febrero para explicar su situación ante el rechazo del préstamo y la apremiante necesidad de viajar con algunos ahorros para poder establecerse en su nuevo domicilio, la Dirección de Servicio al Cliente se “conmovió” y les envió una segunda comunicación en la cual les perdonan  el pago de la cláusula penal, pero se guardan el $1.500.000, lo cual se constituye jurídicamente en un enriquecimiento sin causa.

La comunicación es clara: “…en nuestra comunicación remitida el pasado 4 de febrero de 2013 informamos que de acuerdo a su solicitud la compañía aceptó el desistimiento unilateral y SE ENCUENTRA FACULTADA para aplicar la cláusula penal establecida en la cláusula décima del CONTRATO DE VINCULACION firmado por ustedes.

“En dicha cláusula se aplicó el 15% del valor del inmueble cuya cláusula es de $22.050.000. Posterior en el siguiente párrafo hacemos claridad que se aplica esta cláusula y se retendrá el dinero cancelado por ustedes a la fecha, para lo cual han cancelado la suma de $1.500.000. La compañía retendrá este dinero ($1.500.000) a título de pena, pero aclaramos que no deberán cancelar el restante para completar la cláusula. Con esto la compañía cancelará el encargo fiduciario”.

Este matrimonio no había suscrito promesa alguna de compra-venta debidamente registrada ante notaría y sólo se había entusiasmado con la posibilidad de obtener un crédito, aportar las cesantías depositadas en el FNA y sus ínfimos ahorros para consolidar su hogar.

La artera carnada

Ninguno de los dos es abogado y a la mayoría de las personas que necesitan vivienda le afana más conseguir la vivienda, al menos  “separar” esa posibilidad con “solo $1.500.000” como entusiasma  el vendedor al potencial comprador, que sentarse a leer el  texto del recibo que les entregan y que legalmente no puede ser una “PROMESA IRRENUNCIABLE DE COMPRA-VENTA”, por cuanto no se dan los fundamentos legales de un negocio jurídico perfeccionado con el pago de la cuota inicial, el desembolso del crédito, el registro notarial y la entrega de la cosa.

Simplemente es un abuso que están cometiendo los constructores -no todos- a espaldas del mismo Fondo Nacional del Ahorro, el cual deberá preocuparse por el tratamiento que esas compañías le estén dando a sus afiliados y beneficiarios del crédito de vivienda.

Abrigamos la esperanza de que el cuyabro doctor Arias Mora meta en cintura a los vividores que pretenden esquilmar a los indefensos colombianos ansiosos de realizar el sueño de tener casita propia.

Recordemos el viejo aforismo: tenerla no es mucha riqueza, pero no tenerla es demasiada pobreza.   

Tolón Tilín

En estos días dedicados a la entrega de viviendas gratis con claros propósitos electoreros vuelve a ponerse de moda el viejo chascarrillo del paisa que se declaraba sorprendido cuando le contaban algo increíble:

“No jodás! Me dejaste como las casas de Vargas Lleras… De una sola pieza”