Juegos Deportivos y Fiestas Regionales deben separarse
Para quien visitara esta localidad durante los festejos, era fácil percibir el ambiente de fiesta, empezando por el enorme escenario que levantó en la plaza de Bolívar la Industria Licorera de Caldas. La parranda, el licor, la música bailable estrepitosa, redujeron a un segundo plano la programación deportiva.
No fue idea de sus fundadores convertir los Juegos Deportivos en un carnaval. Nada más incompatible que el licor y el deporte. Son dos conceptos que chocan radicalmente. Precisamente los Juegos Deportivos buscan brindar a los niños y jóvenes una formación deportiva integral que los aleje de los malos vicios y los direccione a tener una vida personal exitosa.
En los pasados Juegos Deportivos muchos jóvenes que llegaron a Filadelfia para competir en las diferentes disciplinas, terminaron contaminados con licor y en un desubique total. Esa voluntad de triunfo que demostraron cuando llegaron, terminó doblegada en una mesa de farra.
Después de todo lo que se vio en las pasadas “fiestas deportivas”, surgieron voces ciudadanas que recomiendan un giro de 180 grados en los Juegos Deportivos. Es decir, que no se les mezcle licor. Así los concibió don Jesús Correa, el profesor que le dio vida a los festejos. La idea es que las fiestas se programen separadamente y no coincidan con los Juegos Deportivos. De esta forma no veremos a jóvenes, casi niños, ingiriendo bebidas alcohólicas al término de una competencia.
El licor y el deporte no la llevan.