A santos se le reveló el tiraje de libreto por la culata de Angelino.
… se le descubrió que no es un excelente jugador de poker sino apenas un aceptable cañador en el desempeño cual actor teatral entre partidos, permitió que se le observara en su discurso el virus uribista llevado a su sangre por los tres huevitos hueros que adoptó, dejó ver una desesperante inseguridad en la ansiedad que empezó a defender a través de terceros por la reelección ante a la evidencia de que no puede negociar la paz por falta de permiso de los comandantes militares que quieren envejecer fungiendo de héroes nacionales en una guerra sin la cual no quieren vivir .
Donde estaba el estadista cordial, el que supo enderezar las relaciones nuestras con Chávez?. Estaba en cualquier parte, pero actuando como presidente amenazante para todos aquellos que creen que deben disponer de libertad de expresión en una democracia que aunque precaria puede soportar intervenciones como la presidencial contra su vicepresidente. Lo invadió el talante de su antecesor?. Por fortuna, seguramente a petición suya, se reunió con Garzón y la paz verbal regresó al momento.
Pero lo peor para el Presidente es que no podrá cambiar la condición de Angelino, quien solo supo actuar como líder sindical. Como tal, no fue desleal al gobernante ni grosero con los directores de planeación, a los cuales simplemente les señaló el irrespeto que entraña la consideración de que un humano en Colombia deja de ser pobre si se gana la miseria de ciento noventa mil mensuales.
Fue tan solo una consideración sobre otra consideración.
Y como le habría dicho su tío Hernando, el presidente casi le dijo a Garzón: Cállese la jeta. Jeta que no se callará. Porque pertenece a la condición de quien expresó su descontento sin ofender. Y menos ahora porque en una encuesta que hizo el noticiero de Yamid Amat, descubrió que un cuarenta por ciento de colombianos considera que Angelino puede haber hecho sus declaraciones con intenciones políticas presidenciales. Si esa fue la consideración es porque además pueden verse como válidas. Y eso lo sabe el vicepresidente, hombre hábil, casi habilidoso. Seguirá diciendo lo que le venga en gana, pues su carrera a una candidatura arrancó con un 40.
Porque de otro lado, Garzón está seguro, como lo estaba la Corte Suprema con el respaldo internacional recibido cuando Uribe pretendió hundirla, que Santos no puede amenazarlo otra vez con sacarlo de su gobierno, pues el que tiene no es un cargo de nombramiento burocrático sino de elección con votos. Sabe asimismo que si lo sacara, morirían las esperanzas de que los demócratas, viendo que ha condenando al exilio en su casa a un líder sindical, por defender a los pobres, aprueben el tratado de libre comercio. Tratado –es posible que le den el sí en octubre– por el cual Santos, con alma de neoliberal a ultranza, está clamando hace rato, pretendiendo distraer a sus opositores con el alegato de que su gobierno va por una tercera vía política, que no es más que la de otro capitalismo salvaje desbordado.
Ahí tiene pues su piedra en el zapato el también calificado como buen jugador de ajedrez, que no lo parece, porque dejó que la torre angelina terminara inclinándose poco a poco hacia la izquierda, contra los intereses no solo de la reina sino de su mismo reinado, que él ha soñado, tal vez como un extraviado en demasía, como el de la prosperidad, entendiendo él, que lo entiende, que su gobierno en lo único que puede prosperar, así las cosas, es en la repartición de mas pobrezas.
Prosperidad si pero para las grandes compañías o empresas, comerciales e industriales, en su mayoría extranjeras, chilenas, españolas, norteamericanas, mexicanas, inglesas, alemanas, canadienses, para las cuales funciona la llamada confianza inversionista de las piernas abiertas. Que se lo coman todo, hasta lo poco que salió de los fabios y fenalcos que siempre se contentaron con modelar en la pasarela dizque como creadores, a sabiendas de ellos, hoy, de que de cien compañías poderosas que operen en el país, las colombianas no llegan a diez.
En el futuro de Santos y Garzón en la política, el libreto será mejor, para los espectadores por supuesto. Angelino Garzón, buscando candidatura presidencial , tiene un terreno más que abonado con la presencia de treinta millones de pobres, diez de ellos en la miseria absoluta, con más de tres tercios de la nación sin derecho a consumir agua potable, sin techo digno, sin trabajo formal más de tres millones. Y en conflicto con los guerrilleros, acosado por narcoparamilitares, con bandidos de todas las pelambres. Y Santos invadido finalmente por la ansiedad de un Nobel de Paz o una Secretaría de las Naciones Unidas, objetivos imposibles de alcanzar pues no se le avizora pronto un balance bueno por ninguna parte, ni de futuro cercano que le llegue
Si mañana hubiera que presentar balances, el mejor sería el de Germán Vargas Lleras, quien como una especie de ferretero le ha entregado a su patrón todas las herramientas para que actúe. Pero el patrón está en campaña de cordialidades bien maquilladas, no se ha posesionado en el cargo ganado con nueve millones de votos. Un cañador de póker que todo lo promete, pero que no se atreve a tratar, por ejemplo, de comprometer a la banca explotadora de los dineros de sus cuentacorrentistas en la financiación de miles de micrompresas en las zonas rurales para que al comenzar una verdadera prosperidad, con dignidades, se les pueda impedir a los comandantes guerrilleros que recluten a muchachos para sus tareas criminales.
Ni siquiera ha dado un paso confiable para emprender la misión, difícil, de evitar con la ingeniería que las lluvias otra vez puedan sumir en la tragedia corporal y la miseria física a millones de colombianos.
Elkin Mesa