29 de marzo de 2024

OTTO MORALES, 91 Y TAN CAMPANTE

8 de agosto de 2011
8 de agosto de 2011

La carcajada fue su primer ensayo. Le gustó tanto este exigente género que lo adaptó a otros destinos suyos: abogado, escritor, político.

Ha convertido en obra de arte la alegría de vivir. Desde estas actividades ha luchado por mejorar la calidad de vida de su entorno.

Su nacimiento rimó con el mes en que se dieron las batallas de Boyacá y el Pantano de Vargas. De este azar  libertario surge su vena de historiador.

Está condenado a la cadena perpetua de la felicidad.  “Cada día es una oportunidad de felicidad”, le oyó decir a su madre. Entonces  acomodó esa sentencia a su diario trajinar.

Aparte de papá Olimpo que le inyectó la vena política y de mamá Luisa, parienta de Barba Jacob, que le regaló la literatura, tuvo como maestros a los expresidentes López Pumarejo, Lleras Camargo y Lleras Restrepo.

Los tres lo reclutaron para su causa y se lo fueron endosando el uno al otro.

Ganaron ellos, Morales Benítez y el país que “desperdició su inteligencia” y nunca lo ungió  presidente,  ha lamentado su amigo de audacias estudiantiles, políticas y bohemias en el anillo erótico del viejo  Medellín (Lovaina, Guayaquil  e intermedias), el poeta Belisario Betancur, de quien fue asesor de paz durante su gobierno.

Morales Benítez se niega a identificar a los enemigos “agazapados de la paz”, que denunció cuando tiró la toalla. “Son los que la gente no piensa”, anota evasivamente.

En su oficina de la torre Colpatria que comparte con su hijo Olimpo,  curador del Museo en Bogotá que lleva el nombre de su taita, trabaja con ardor de primíparo.

Don Otto camella como si tuviera el almuerzo embolatado. Nunca le faltan el chaleco, el sombrero y el paraguas, la trinidad bendita de su elegancia. La misma que se repite en su conversación y en su prosa que recuerda la de los famosos Leopardos: lo que se hereda no se hurta.

Un busto suyo hecho por el maestro César Gustavo García preside la jornada diaria.

Sobre su mesa de trabajo, papeles, papeles, papeles.

Uno de ellos hace alusión a la cátedra Otto Morales en la Fundación Universitaria del Área Andina que estudia su vida, obra y milagros.

Que no falte otra biografía suya en 15 tomos escrita por el prolífico Antonio Cacua Prada. La obra anda en busca de editor. (Morales Benítez atribuye su propia fertilidad a que trabaja con orden y humildad. “Intento trabajar”,  dice).

A pesar de su voluminosa obra, comenta que “a veces creo que no he logrado el bachillerato” en el oficio de escritor para quien “la escogencia de un adjetivo tiene más sonido que destapar cualquier (champaña) Clicquot”.

Como quien no quiere la cosa  afirma que “he sido feliz porque he logrado lo que me he propuesto”.

Tal vez el secreto de su eterna juventud radica en que nunca piensa en la muerte y en que pudo “soñar en compañía” de su esposa, doña Livia, la mujer de todas sus vidas.

Piensa en ella cuando recita su poema preferido: “Te quiero tanto, que cuando estoy contigo, te recuerdo”.

En alguna ocasión, cuando se cumplieron 50 años de su primero libro, “Estudios Críticos”,  le hice un montón de preguntas:

ODG: Sus amigos y enemigos dicen que usted se agacha y se le cae un libro. ¿Lo están calumniando?

Otto Morales Benítez: Primero: no conozco mis enemigos. Si existen, no los acepto. No puedo desperdiciar mi vida, que ha sido generosísima conmigo, en rencillas ocultas. Segundo: están equivocados. No se me cae un libro, sino una multitud: los que compro y los que escribo.

ODG: ¿Por qué tan prolífico?

OMB: Por el orden y la humildad con las cuales trabajo. Escribir es una larga y continua paciencia.

ODG: ¿De su primer libro, escrito hace 50 años, tiene más recuerdos que  amnesias?

OMB: De mi primer libro “Estudios críticos”, del cual se están cumpliendo cincuenta años de su aparición, no tengo sino evocaciones gratísimas: ordenar las ideas, completar los ensayos, pulirlos y esperar su aparición, el recuerdo de recibir el primer ejemplar.

ODG: ¿Hubo champaña viuda de cualquier Cliquot en la celebración de esas bodas de oro?

OMB: La champaña para celebrar esa intensísima fecha, fue de trabajo fecundo. La escogencia de un adjetivo tiene más sonido que destapar cualquier Cliquot.
 
ESCENARIO INTELECTUAL

ODG: ¿Le haría sustanciales reformas a ese libro hoy en día?

OMB: No, de ninguna manera. En “Estudios Críticos”, lo han dicho quienes lo analizaron, ya está lo que, luego, ha señalado mi vida y mi escritura: la crítica literaria, la visión sociológica, los estudios históricos, la pasión por las ideas políticas, mis devociones jurídicas. Sintetizando, Colombia e Indoamérica.

ODG: ¿En qué honduras librescas anda?

OMB: En múltiples. El Instituto Caro y Cuervo lanza mi libro “Caminos del hombre en la literatura”, es el primer tomo de mis Obras, que serán cinco. La Universidad Externado de Colombia ha puesto a circular los primeros cuatro volúmenes de “Ideología y Cultura”, una Antología del Maestro Baldomero Sanín Cano –que serán dieciocho tomos- y que me llevó prepararla cinco años. La Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja pondrá en circulación mi libro “Sólo Boyacá” que recoge mi admiración por esa tierra magnífica: cultura, historia, paisaje, personajes y arte. Termino mi libro “El mestizaje como autenticidad e identidad del continente” y avanzo en la biografía del Presidente y humanista Eduardo Santos. Este año se cumplen cien años del golpe de estado a Sanclemente y de haber comenzado la guerra de los tres años. Un libro de más de seiscientas páginas, debe circular próximamente. Lleva por título “Sanclemente – Marroquín – El Liberalismo y Panamá”. Como se puede anotar, intento trabajar.

ODG: ¿Qué fue primero en su vida: ese libro cincuentón o su estruendosa carcajada?

OMB: Pues mi estruendosa carcajada.

LO QUE SE HEREDA…

ODG: ¿Quién o qué lo condujo al mundo de los libros?

OMB: Con mi padre, don Olimpo, en mi Riosucio entrañable, del Gran Caldas, leíamos, en voz alta, periódicos y revistas que le llegaban de Bogotá y Medellín, a lomo de mula. La gente se reunía a escuchar. Así nació mi vocación política. El, en sus viajes de negocios, siempre llegaba con libros para mis hermanos y para mí. Mi madre, doña Luisa, nos leía novelas y nos recitaba poemas. En su casa, tenían devociones por su pariente Porfirio Barba-Jacob. En la escuela, había horas de lectura colectiva. En mi pueblo, existían muchos escritores, poetas, oradores. Y una gran corriente de cultura popular.

ODG: ¿Prefiere leer un buen libro o escribirlo?

OMB: Ambas experiencias, son válidas.
 
LA ALEGRIA DE LEER Y ESCRIBIR

ODG: ¿Cuál es su receta para escoger los libros que leerá?

OMB: La única receta es la pasión intelectual.

ODG: ¿Cuál es su receta para el libro que escribirá?

OMB: Tener claro qué deseo decir y a quienes enriquecerá espiritualmente. Esto lo he practicado, con devoción, en los cincuenta y ocho (58) libros que, hasta hoy, he publicado.

ODG: ¿Ha lamentado haber leído algún libro en especial?

OMB: Nunca. Siempre, al final, en las palabras hay un destello de claridad.

ODG: ¿Lamenta haber escrito alguno?

OMB: Ninguno, cada cual obedece al interés de revelar certezas en el tema que se trata.

ODG: ¿El libro que más lo ha impresionado y por qué?

OMB: La naturaleza y el diálogo con mujeres y hombres. La vida es un descubrimiento diario si se mantiene vigilante el interés.

ODG: ¿De sus hijos de papel (libros) cual lo graduó de escritor?

OMB: A veces y en muchas ocasiones, creo que no he logrado el bachillerato. Ser escritor, es un ejercicio muy exigente.
 
EL VERBO SE HIZO ENSAYO

ODG:¿ Por qué no ha “cometido” ninguna novela hasta ahora?

OMB: He escrito, siempre, ensayos. Este género es muy rico en variedades. Permite pensar ordenadamente los temas: exige investigación. Se puede apelar a cierto ritmo lírico; fabular, relatar. Depende de lo que se escriba: el ensayo abre las perspectivas más amplias para el juego y el júbilo mentales.

ODG: ¿En sus múltiples lecturas ha encontrado autores injustamente olvidados por los lectores?

OMB: Demasiados. En Colombia, la injusticia campea, lo mismo que el desequilibrio y la ligereza para juzgar. Pero en la literatura, no hay cadáveres que permanezcan en silencio. De pronto, los libros resucitan y cantan sus alegorías mentales.

ODG: ¿Los hay excesivamente valorados?

OMB: El entusiasmo o la falta de formación cultural, a veces conduce a juicios irregulares: pero la inteligencia crítica devuelve los libros a su nivel estético.

ODG: ¿Su libro del siglo cuál es?

OMB: No creo que sea posible sintetizar tanto. Podríamos hablar de una biblioteca deslumbrante.

ODG: ¿Fuera de García Márquez no hay salvación en Colombia?

OMB: García Márquez será siempre la gloria literaria de Colombia. Hay muchos otros nombres que resplandecen. En ello tiene capital importancia el entusiasmo en los juicios. Leo demasiados escritores y poetas jóvenes y muchos de provincia, sin registros críticos. Algunos se sienten, en el país, casi en exilio cultural.
 
GRITO DE INDEPENDENCIA CULTURAL

ODG: ¿Cómo piensa celebrar los cien años del nacimiento de Borges?

OMB: Buscando explicación de por qué hay críticos del continente que lo quieren convertir en un escritor europeo. Creo que en esto influye mucho la subyugación mental. Se les olvida que Borges es argentinísimo y, por tanto, escritor indoamericano. Evoquemos su exaltación de los personajes populares; de las esquinas de su ciudad, de los héroes de su patria, del malavaje, de los cuchilleros, del tango, de las historias locales. Sus cuentos reviven mujeres, hombres y lugares de la cercanía argentina. Borges mismo protestó porque lo desfiguraban. Será una fecha para pensar cuándo nos llegará el orgullo de la verdadera independencia intelectual.

ODG: ¿Y los cien del nacimiento de Hemingway?

OMB: Reviviendo la alegría de las fuerzas naturales que golpean su escritura.

ODG: ¿Hay otro centenario importante más o menos oculto que convenga recordar?

OMB: Probablemente muchos. Sería aconsejable mencionar a los colombianos. Es bueno no ser provincianos mentalmente. Pero es revelación de un complejo de desamor a lo nuestro, el abandonar tanto creador ilustre.

ODG: ¿Es de los que deja un libro a mitad de camino si no satisface plenamente su deseo de leer?

OMB: Nunca he obrado así. Generalmente el libro que “no satisface plenamente” el deseo de leer, es porque nos exige más preparación para entenderlo; o ser rigurosos para seguir la magia de su escritura. Inclusive en los libros que califican de malos, hay destellos. Hay que hacer el esfuerzo para localizarlos.
 
LA IMAGINACION NO PRESCRIBE

ODG: ¿Cuáles libros no ha escrito todavía?

OMB: Por fortuna, disímiles inquietudes me acompañan y me impulsan.

ODG: ¿Sigue escribiendo en su Olivetti Lettera 22 o ya se pasó a su  majestad el computador?

OMB: Mi “Olivetti” sigue recibiendo mis confidencias mentales.

ODG: ¿Le guarda fidelidad al organizado desorden de su biblioteca?

OMB: El desorden de una biblioteca, nace de su uso. Las otras, están bien clasificadas, porque no hay zozobras mentales.

ODG: A usted que es de Riosucio se le pueden recordar dos grafitis: Dios no existe: El diablo. El diablo no existe: Dios. ¿Con cuál de los dos se queda?

OMB: Con el último.
 
LA CARCAJADA PARA QUE?

ODG: ¿Ya escribió algún libro sobre la carcajada?

OMB: Desafortunadamente no.

ODG: Si no lo ha hecho, por favor, defina la carcajada…

OMB: En mi caso, es la alegría, libre, espontánea, frente a mil variantes circunstanciales de la vida. Es, igualmente, una defensa contra la solemne trascendentalidad.

ODG:¿ No cree que si no tuviera cédula podría presentar su carcajada  como documento de identidad?

OMB: Sin ninguna duda. Ella me ha dado identificación nacional.

ODG: ¿Ya no tendremos a su carcajada aspirando a la presidencia de la República?

OMB: El país no resiste una candidatura de esa naturaleza.

ODG: ¿Por qué no fue presidente de la república o todavía es tiempo?

OMB: Fue muy singular la experiencia de ser candidato a la Presidencia de Colombia. Me permitió decir mis verdades sobre el país. Volver a meditar hondamente en sus problemas. Supe, sin dubitaciones, que había un pueblo liberal y conservador, que me rodeaba. Esta circunstancia, aún me conmueve humana y espiritualmente.
 
ENEMIGOS AGAZAPADOS

ODG: ¿Ya que estamos en los 50 años de su primer libro confiese: cuáles son los enemigos agazapados de la paz de que usted habló?

OMB: Los que la gente no piensa.

ODG: ¿“Enemigos agazapados” aparte, por qué no hemos hecho la paz?

OMB: Apenas principiamos a tomar conciencia de que no es obligación sólo del gobierno sino de cada uno de los colombianos.

ODG: ¿Entre usted, John Agudelo Ríos, Horacio Serpa, Chucho Bejarano, Rafael Pardo, Carlos Holmes Trujillo, José Noe Ríos, Daniel Posada, Victor G. Ricardo… con cuál se queda como mejor comisionado de paz?

OMB: Cada colombiano tiene la obligación de ser un comisionado de paz, aun cuando no lo designen por decreto. El nombramiento nos viene como mandato de la patria.

ODG: ¿Por qué hubo paz con el M-19 y con los demás la pita está enredada?

OMB: Son procesos de entendimiento que se van cumpliendo.

EN POCAS PALABRAS

———————-

ODG: El libro que está leyendo

OMB: Repaso “La vida maravillosa de los libros” de Jorge Zalamea.

ODG: Pecado que más le gusta cometer

OMB:  El de mis sueños.

ODG: Virtud que más admira en los otros

OMB: La verdad.

ODG: Defecto que le gustaría tener…

OMB: Tener plata para regalar.

ODG: ¿Quién le gustaría haber sido?

OMB: Yo, en la integridad de mi vida.

ODG: ¿Qué es un amigo?

OMB: El que me acompaña, sin exigir, ni esperar nada.

ODG: ¿Los enemigos para qué?

OMB: Ese es un desgaste inútil de la existencia.

ODG: ¿Persona que más ha influido en usted?

OMB: Son demasiadas personas a las cuales tengo que agradecerles mucho de lo que soy. Me invaden los nombres del amor, del afecto y de la lucha.

ODG: ¿Lo que lo saca de quicio?

OMB: La mentira.

ODG: ¿Tiene con qué salvar su alma?

OMB: Sí, con mi alegría espontánea.

ODG: ¿De qué quisiera morirse?

OMB: Soy optimista vital. Me gusta la existencia con sus dones y sus abatimientos. Nunca pienso en la muerte.

ODG: ¿Qué le gustaría olvidar?

OMB: Más que olvidar, que no persistieran los dolores colectivos de mi patria.

ODG: ¿Por qué desea que lo recuerden?

OMB: Por mis luchas, siempre a la intemperie. Siempre en defensa de una idea o de alguien. Es mi fortuna, tener sentido de la solidaridad.

– ¿Está preparado para envejecer?

– Lo único que espero es que no me llegue muy pronto la vejez. Pero la aguardo con simpatía porque las gentes dicen que son años de sabiduría. ¡Ojalá!

– ¿Qué le debe a ese inmenso árbol que le brinda sombra a su casa? 

– El inmenso árbol que custodia mi casa, canta con el viento. Es una melodía dulce que me revive, a cada minuto, cómo es el milagro de la tierra.

– ¿De qué le gustaría morir?

– No lo pienso, porque amo la eternidad.

– ¿Mejor consejo que ha dado?

– No envidiar a nadie, celebrar lo de los demás.

– Cada amanecer es jubiloso. Es el comienzo del asombro.

– ¿La habilidad manual que le gustaría tener? Que mis manos revelaran más mi ternura.

Hay más. Inéditos, tengo veinticinco libros.

Del primer apellido recibí el sentido de los deberes públicos y sociales. Del segundo, cierto sonreído humor y la devoción por la cultura, que también era signo del inicial.

Mi signo, que es el de Leo, me da fuerza y confianza en la existencia Los especialistas en Horóscopos dicen que favorece el ímpetu en múltiples aspectos. Pero la realidad es que el signo es ante todo la actitud que uno escoja ante la vida.

Me repetía que uno no puede besar a todas las bonitas ni en el amor, ni en la política ni en los negocios

Otra enseñanza: Al hombre le dan tres enfermedades mortales que son: el juego, la minería y la empleomanía. Cuídese, mijo, de estos tres achaques.

Mi mamá era la belleza y la dulzura. Me dio el ejemplo de su solidaridad en las intensas luchas de mi padre. Siempre repetía: la vida es hermosa. Cada día que uno está vivo, es una oportunidad de felicidad. Lástima —decía, luego, con cierta melancolía— que la suma de los días, se vuelvan años.

No tengo quejas de la ternura.

Le da miedo envejecer?

—En absoluto. Hay miedo cuando no se sabe que hacer con lo que nos entrega cada etapa del existir.

—Sin abogados no puede vivir la humanidad. Existimos para ayudar a organizar el mundo dentro de unos principios de justicia. Las leyes son ordenadoras del universo. El abogado es el que busca el equilibrio.

Tiene listo su epitafio?

—No lo tengo. Sueño en la eternidad.