28 de marzo de 2024

Los profetas de ayer

17 de julio de 2011

Durante toda la semana que pasó, después de Colombia haber superado una ronda relativamente fácil donde el único escollo real fue Argentina, ensalzaron de tal modo a la escuadra de la rosca paisa, que prácticamente la daban  ya como campeona.

Estos “profetas del ayer”, como atinadamente los definió el futbolista Jorge Valdano en su momento, se atrevieron, sin sonrojarse siquiera, a dar sus vaticinios y a profetizar, eso sí, erradamente, que la semifinal iba a ser contra Argentina, y por qué no, la final contra Brasil.

No se cansaron durante toda la semana de alabar las calidades y cualidades de la selección, de ponderar una y otra vez el planteamiento táctico-técnico de entrenador y en ponderar a todos los jugadores.

Ditirambos exagerados que no se corresponden con la realidad del precario fútbol colombiano,  expresados al calor de la camiseta porque ninguno de ellos ha aprendido a ser objetivo y a comentar con una óptica real y desapasionada, aunque todos aseguran ser poseedores de una extraña cualidad que les permite “leer” muy bien los partidos.

El ridículo fue por partida doble porque también se equivocaron de cabo a rabo con Argentina, la otra escuadra venida a menos a la que le dieron de antemano el título de semifinalista, menospreciando al equipo uruguayo, al cual le sobra esa fuerza testicular que tanta falta le hace a Colombia.

Una semana entera de insufrible palabrería para alebrestar incautos, emocionar ignorantes y engañar a los miles de imbéciles que a mañana, tarde y noche desayunan, almuerzan y comen con el sartal de verborrea que les entregan por todos los micrófonos.

Toda la apología que vertieron en la semana quedó reducida el sábado en la noche a cenizas, cuando los mismos panegiristas de unas horas antes, no ahorraron críticas y descubrieron fallas, defectos, equivocaciones, planteamientos errados, tácticas que no funcionaron, jugadores en puestos equivocados, etc, etc, pecados que jamás advirtieron o que escondieron maliciosamente para poder embaucar  a sus ignaros oyentes.

Este cuerpo técnico tan ordenado, tan eximio, tan loado, tan insuperable, del otro mundo según estos obsecuentes comentaristas,  terminó desesperado y enloquecido y convirtió a Colombia en el único equipo del mundo que con cinco delanteros, todos goleadores en sus clubes de origen, no es capaz de hacer un gol en 120 minutos.

Pero como “la meta es Brasil 2014”, ahí seguirá este cuerpo técnico devengando y engrupiendo a un pueblo iluso que le sigue otorgando un margen de confianza que no merece.