18 de abril de 2024

El candidato yepista a la alcaldía de Aranzazu

13 de junio de 2011

La primera pregunta que uno como analista se hace es: ¿no tenía el movimiento que sigue las orientaciones de Omar Yepes Alzate una figura representativa para escogerla como candidato? Jorge William Ruiz, el estudiante de derecho que fue escogido para aspirar a la primera posición del municipio en representación de ese movimiento político, no es el candidato ideal para enfrentar a aspirantes con experiencia como Gabriel Zuluaga Montes o Fabio Ospina Mejía. Esta es una afirmación irrebatible. Sobre todo porque los dos nombres aquí citados manejan un discurso político objetivo.

La segunda pregunta es: ¿quién está detrás del nombre de este joven como para arrasar con la aspiración de un veterano en la lucha política como lo es el abogado José Salazar Soto que ha sido, además de concejal, personero del municipio? Alguien con mucha influencia dentro del Directorio Municipal Conservador debe haberle propuesto al inexperto estudiante que fuera el candidato. Ahí surge, indefectiblemente, la tercera pregunta: ¿busca ese alguien tener en la alcaldía a una persona fácilmente manipulable, dada su escasa experiencia en el ajetreo político? La respuesta a esta pregunta es obvia: quieren llevar a la administración a un joven que no obstante poseer inteligencia, le falta madurar un poco para poder manejar con criterio independiente el municipio.

Puede que el estudiante de derecho sea una persona brillante. Tiene en su haber, como medalla para mostrar, el diploma de bachiller excelencia del Colegio Pio XI. Fue, también, el mejor puntaje de las pruebas Icfes en el municipio. Y logró un escaño como miembro del Consejo Departamental de Juventud. Sin embargo, los aquí enunciados no son méritos suficientes para administrar un ente territorial. Jorge William Ruiz no tiene experiencia política. Antes de aspirar a la alcaldía debe pasar por un cargo público de responsabilidad, donde demuestre que es buen administrador. O haber sido, al menos, concejal. Así podrá demostrar que está preparado para asumir los destinos del municipio. Para gobernar se requiere no sólo inteligencia. También astucia.

A los dirigentes del yepismo en Aranzazu les va a quedar difícil venderles a las personas maduras la idea de que un joven de apenas 22 años puede manejar el municipio con independencia. Sobre todo cuando no exhibe en su hoja de vida cargos administrativos que le hayan servido para tener conocimiento sobre administración pública. Lo que el movimiento político está haciendo es improvisar un candidato. Y esto se lo pueden cobrar en las urnas. ¿No hay, acaso, en el yepismo, personas idóneas para ejercer el cargo de alcalde? Yo pienso que sí. Ahí tenían a Gregorio Serna Giraldo, un hombre impoluto. O a Clemencia Torres, una mujer con formación para ejercer como alcaldesa. Pero se decidieron por un joven que, por brillante que sea, no les garantiza conservar la alcaldía.

¿Tiene Jorge William Ruiz un programa concreto de gobierno? La respuesta a esta pregunta es ¡No! ¿La razón? Su nombre lo sacaron de un cubilete, como por arte de magia. El estudiante de derecho no está preparado para una campaña política donde los contendores le demostrarán que no conoce la necesidades del municipio. Le enrostrarán que no tiene propuestas claras para solucionar los problemas de Aranzazu. Y lo demolerán en la plaza pública con argumentos concisos sobre la realidad social del municipio. En los comentarios que el aspirante ha hecho en Facebook, la red social donde sus seguidores vienen desplegando una campaña mediática en su favor, se descubre que no tiene claro qué va a ofrecerles a los electores para que depositen el voto por su nombre.

Jorge William Ruiz puede ser un buen prospecto para el futuro. Tiene ideas claras sobre convivencia ciudadana, sobre formulación de proyectos, sobre procesos para generar inclusión social. Pero esta no es, todavía, su hora. Si el yepismo quiere hacerlo alcalde, debe madurarlo con oportunidades laborales que impliquen conocimiento sobre contratación o sobre manejo de asuntos públicos. En este momento, como candidato, pueden quemarlo. Para enfrentar a un aspirante fuerte como Fabio Ospina, Gabriel Zuluaga o Luzmila García necesitan una persona de mayor proyección, con calado popular, que haya hecho ya una carrera política. Y esto le falta al joven estudiante de derecho. Es como si en el Partido de la U escogieran como candidato a Rodrigo Londoño o a Silvio Salazar: enterrarían cualquier posibilidad de triunfo.