28 de marzo de 2024

Tiempos difíciles para Galván

8 de enero de 2011
8 de enero de 2011

Es mandado al ostracismo por defender sus derechos y reclamar lo que es suyo.

El colombo-argentino afronta dificultades para encontrar trabajo, pese a su encopetado palmarés: 220 goles anotados (171 con el Once Caldas y 49 con Nacional y América), tres grandes del futbol nuestro.

Estas son las cifras que marcan su historia en los 12 años de permanencia en el medio colombiano: Ocho años con el Once, con el que conquistó casi todo y 4 años también exitosos con Nacional. Y  el último tramo con América, donde se fue más a sufrir que a disfrutar, en medio de las penurias que pasa el equipo desde cuando dejó de ser el juguete predilecto del Cartel de los Rodríguez. Tres títulos en Colombia no son poco. Dos botines de oro, no son despreciables.

Paradójicamente, el ariete no tiene equipo y son pocas las  posibilidades de acordar algo con uno de los grandes. Las cifras que se manejaron hace unos días no llenaron la expectativa económica del tucumano. Casado con manizaleña y con dos hijas colombianas, sabe que tendrá que aceptar algo muy por debajo del valor real de sus goles, la experiencia y los éxitos que acumuló para poder crecer en la lista de goleadores históricos del futbol de Colombia y Sudamérica. Recientemente lo vimos en el escalafón de los 15 anotadores vigentes en el fútbol internacional.  Es tal la crisis americana que el miércoles se fueron tres jugadores más: Gabriel Fernandez, al Cali, y Wilson Morelo y John Lozano, al Huila. El  Once, el equipo que lo catapultó a la fama, no le abrió la puerta. Tampoco el Pereira, que era una opción.

La gente podrá reclamarle muchas cosas al caballero Galván. Pero jamás desconocerá su entrega, su temperamento, sus ganas de hacer todo bien. Por ello, cuando los equipos van delineando la cifra oficial de 25 profesionales dispuesta en la asamblea de Dimayor, muchos tendrían  que plantearse si vale la pena o no hacerse a los servicios de un futbolista que brindó todo en el medio. Le negaron la opción de jugar con la Selección colombiana de mayores, pese a que se hizo ciudadano en el 2003, y ahora también se le pone talanquera a un decoroso retiro.

Un futbolista de las condiciones de este colombo-argentino no puede ser despreciado por técnicos o directivos cuando precisamente el campeonato colombiano requiere de jugadores de categoría y personalidad para afrontar torneos cortos. Con su propiedad para definir, la facilidad para desmarcarse y aparecer en el momento oportuno en el área de definición, Galván demostró que conserva la misma capacidad anotadora.  No es posible que hoy, el máximo artillero del campeonato colombiano esté adportas del abandono porque  un equipo no tiene con qué pagarle o lo considere pasado de edad.

No es viejo para el balompié un futbolista de la trayectoria de Galván, porque ha sabido llevar una vida deportiva disciplinada; es excelente compañero de equipo y para los jóvenes  que comienzan es el consejero ideal.

El campeonato de Dimayor tardará muchos años para volver a  tener un delantero con la cifra de goles que acumula Galván y muchos lo quisieran juntar nuevamente  con su socio en el campo, el talentoso Arnulfo Valentierra, con quien marcó una cosecha importante de dianas en los pórticos contrarios.

Con su propiedad para definir, la facilidad para desmarcarse y aparecer en el momento oportuno en el área de definición, el rey del gol demostrò en los tres clubes de Manziales, Medellín y Cali que conserva la misma capacidad para anotar.

La apostilla: Los presupuestos de los equipos colombianos hoy son quimeras. Nadie sabe cómo podrán pagar los salarios que ofrecen, cuando ni siquiera podrán tener estadios a tope. El asunto de la renovación por el Mundial Sub 20, sigue acarreando más dudas que certezas. Los dos torneos del 2011, seguramente con la introducción de la liguilla para los mejores 8, divididos por sorteo en 4 llaves, para jugar ida y vuelta en octavos, cuartos, semifinal y final, a lo mejor tendrán el ingrediente del que carecieron en la pasada campaña.