28 de marzo de 2024

Concordancia, una frase, arca, potenzado

25 de enero de 2011
25 de enero de 2011

Refiriéndose a los innumerables inconvenientes que un “amable profesor alemán” tiene que soportar por primera vez en Bogotá, el columnista Ricardo Romero Silva acepta que, según él,  Colombia tenga que ir a terapia. Sin embargo, la defiende, por lo cual comienza el segundo párrafo con esta oración (casi nunca escuchada): “Yo nos defendí” (El Tiempo, I-7-11), error protuberante, que se capta mejor si usamos la forma pleonástica “yo nos defendí a nosotros”. La intención del columnista fue explicarle al alemán, “en representación de la patria”, por qué los colombianos somos así. Debió, entonces, echar mano de otras fórmulas. En el lenguaje común y corriente, el pronombre personal de primera persona de plural, ‘nos’, se emplea principalmente para los complementos directo (acusativo) e indirecto (dativo), verbigracia, “el crimen nos (acusativo) horrorizó a todos”; “el torero Castella nos (dativo) ofreció una faena extraordinaria”. En estos dos casos, dicho pronombre no puede hacer las veces de complemento cuando el sujeto del verbo es el pronombre personal ‘yo’, como en la frase del periodista, en la que ‘nos’ es el complemento directo. Así, tampoco podemos decir: “Yo nos compré la boleta para el partido”, oración en la que ‘nos’ es complemento indirecto. Aunque para el diccionario de María Moliner el porqué de esta incorrección no es muy claro, para mí sí lo es, y es la concordancia. Ello es que tanto el pronombre que nos ocupa como el más común ‘nosotros’ incluyen al sujeto que ejecuta la acción del verbo; o la recibe, ya directa ya indirectamente. Como se trata de un verbo pronominal, debe “construirse en todas sus formas con un pronombre átono que concuerda con el sujeto”. De acuerdo con esto, la oración del señor Romero Silva tiene sólo dos alternativas: “Yo me defendí”; “nosotros nos defendimos”. Lo que él quiso expresar tuvo que hacerlo acudiendo única y exclusivamente a una oración activa, a saber, aquella en que el sujeto ejecuta la acción del verbo, por ejemplo, “yo defendí nuestro modo de ser”; “yo defendí el modo de ser de los colombianos”. Y así sí nos entendemos. **

Yogui Berra, receptor de los Yanquis de Nueva York, fue famoso por sus frases, aparentemente absurdas, pero muy expresivas. Solía decir, por ejemplo, “Si la gente no quiere ir al estadio, ¿cómo hace uno para atajarla?”. Recordé ésta al leer la respuesta que Carolina Vásquez Botero dio a la siguiente pregunta: “¿Qué pasó con los supuestos controles para evitar el expendio de bebidas alcohólicas en la cabalgata? –Afortunadamente –respondió- no tuvimos inconvenientes mayores (…). Hubo un control general, pero evitar que nadie consuma licor es casi imposible” (LA PATRIA, El Pregonero, I-10-11). ¡De antología! **

El ‘arca’, señor, es un sustantivo femenino, no obstante el artículo masculino. El señor Guillermo Orlando Sierra S., rector de la Universidad de Manizales, escribió: “Quizás el arca con el que sueño…” (LA PATRIA, I-10-11). Obviamente, la frase castiza es “quizás el arca con la que sueño”. La presencia del artículo masculino se debe a una norma gramatical que lo exige cuando el sustantivo femenino empieza por ‘a’ en sílaba acentuada, como ‘agua, ánfora, arca, hambre, ágora’. En todos los demás accidentes gramaticales, se conserva la concordancia en género, verbigracia, ‘el agua cristalina, el ánfora rota, el ágora a la que acudían los griegos a escuchar a sus filósofos’. Elemental. **

Hace más o menos quince días me metí en predios ajenos, y salí apaleado. La historia es ésta: En una de sus columnas, el señor Abdón Espinosa Valderrama mencionó los ‘cables potenzados’, giro que me pareció extraño, pues yo consideraba que los términos ‘potenza’ y ‘potenzado’ eran exclusivos de la heráldica. El primer ingeniero consultado me dijo que él sólo sabía de ‘cables pretensados y postensados’. Busqué, entonces, en Google, y ahí encontré la misma locución, en la página de “Sonogrout Anchor. Sellos hidráulicos para el concreto”. Dice así: “Información técnica: Su fórmula especial de cementos y aditivos produce un mortero impermeable y resistente a la penetración de sales y sustancias químicas que evita la corrosión de cables potenzados o anclajes sometidos a grandes tensiones…”. Ésta es una traducción, pues el producto es fabricado en la Florida, Estados Unidos. Yo asumí que los ‘cables postensados’ y los ‘potenzados’ eran diferentes. Parece que no. Según mi fuente, son los españoles los que los llaman ‘potenzados’ (engendro ortográfico, porque borra el prefijo ‘pos’ y emplea la ‘zeta’ por la ‘ese’) en vez de ‘postensados’, como lo pide su raíz. Dije también que, según la misma fuente, era ésta una técnica aún no aplicada en Colombia. Afirmación también impugnada. A esto respondió el ingeniero: “Cuando yo dije que el sistema poco o nada se utiliza en el país, me refería a su empleo en los pavimentos de las vías. Si se trata de una estructura de concreto con distanciamiento entre apoyos (luz) muy amplio, como es el caso de los puentes, estadios o lugares que necesitan pocas columnas intermedias por requerimientos especiales, el sistema de pretensado o postensado es bastante utilizado”. Ahí tienen, pues.