28 de marzo de 2024

¿Para qué sirve un cónsul?

9 de febrero de 2010
9 de febrero de 2010

Con carro diplomático financiado por el erario colombiano y muy buenos viáticos, se han convertido a mi manera de ver en jefes de oficina de los que trabajan mediodía y en las tardes muchos de ellos (no todos), están pendientes de atender las invitaciones  a cenar, cocteles y recepciones especiales para el Cuerpo Diplomático de cada país a donde fueron destinados.

El tema de la función consular me lo revivió la nota publicada por Juan Paz en el periódico EL MUNDO de Medellín, donde narra las peripecias para asistir a un periodista colombiano fallecido.

Triste episodio en Boston

Víctima de un ataque cardíaco falleció en Boston, Estados Unidos, el periodista colombiano Héctor Fabio Salazar Villa, quien llevaba veinte años ejerciendo su profesión en esa ciudad porteña. La muerte sorprendió al colega, oriundo de Buga, Valle, en una situación económica bien difícil. Luego de sus vacaciones encontró con que se había quedado sin pauta publicitaria. Para darle sepultura en Boston, cinco días después de su muerte, hubo que hacer una colecta entre la colonia colombiana, según le reportó a Juan Paz el colega caldense Yesid López, quien pasa vacaciones en la capital del estado de Massachusetts. La cónsul presentó las condolencias por el triste episodio, pero no hizo nada por evitar la pena de la recolecta pública.

Es muy triste de verdad tener que llegar a esas instancias de recolecta pública, cuando el periodista, según testimonios de quienes compartieron su vida profesional, le abrió las puertas de su propio medio a la funcionaria para promocionarla en todos los estamentos.

Duele que esto ocurra, pero los cónsules en su gran mayoría (no todos insisto) a veces están más pendientes de otras cosas que de su misma función.

En lo personal (como periodista) tuve un par de experiencias similares en Costa Rica y en Panamá hace varios años.

En Costa Rica tuve la necesidad de acudir al consulado para hacer una consulta de tipo legal con la titular del despacho de la época.

La respuesta de sus asesores fue: “La señora Cónsul no lo puede atender porque salió a cumplir con algunas funciones en Punta Arenas (paraíso turístico de los Costarricenses) y regresa en una semana”.

Entonces solicité una cita para la semana siguiente y quizás al enterarse de que se trataba de un periodista, nunca la concedió.

En Panamá, en tiempos del General Noriega, fui a cumplir con una misión profesional y en el aeropuerto de Ciudad de Panamá, me fue decomisado el pasaporte por uno de los milicianos de su gobierno.
 

Me permitieron la entrada al país (pero indocumentado). Acudí al Consulado de Colombia en busca de una orientación sobre el caso y tampoco hubo atención. Finalmente recuperé el documento en el Ministerio de Seguridad de la época tras dos días de entrevistas e interrogatorios por parte de los funcionarios de seguridad.

Mientras estaba dedicado a hacer filas y gestiones, la noticia que iba a cubrir como reportero estaba transcurriendo sin que pudiera realizar mi trabajo como tal.

Todo esto se hubiera evitado si el Consulado de esa época se hubiera puesto al frente de la situación de un periodista colombiano.

Hoy, años después de los episodios, veo con inquietud que las cosas no han cambiado.

Esto, sumado al triste caso del colega fallecido en Boston (Héctor Fabio Salazar Villa), es lo que me lleva a preguntarme si los cónsules sirven únicamente para firmar documentos y tener una exagerada vida social en medio de cenas y cocteles.

No contento con esto averigüé que es un cónsul y esta es la respuesta:

cónsul es un cargo que recibe un funcionario por parte del Estado para ejercer una función consular en el extranjero. Es el Ministerio de Relaciones Exteriores quien le encarga al cónsul la tarea de asistir a los ciudadanos del país de origen en ciertas tareas como la tramitación de los documentos que necesite para diversos fines, orientarlo para su defensa en caso de necesitarlo, legalización de documentos oficiales (cuando existe esa posibilidad), poderes, fes de vida, certificados acreditativos de nacionalidad, otorgamiento y renovación de pasaportes.

En lo que tiene relación con mi propia experiencia en Panamá, encontré la siguiente norma contenida en la Convención de Viena en lo que atañe a las relaciones consulares:

“Prestar ayuda y asistencia a los nacionales del Estado que envía, sean personas naturales o jurídicas;

Velar, de acuerdo con las leyes y reglamentos del Estado receptor, por los intereses de los nacionales del Estado que envía, sean personas naturales o jurídicas, en los casos de sucesión por causa de muerte que se produzcan en el territorio del Estado receptor;

Representar a los nacionales del Estado que envía o tomar las medidas convenientes para su representación ante los tribunales y otras autoridades del Estado receptor, de conformidad con la práctica y los procedimientos en vigor en este último, a fin de lograr que, de acuerdo con las leyes y reglamentos del mismo, se adopten las medidas provisional es de preservación de los derechos e intereses de esos nacionales, cuando, por estar ausentes o por cualquier otra causa, no puedan defenderlos oportunamente”.

A la luz de estos documentos y todos los ejemplos que a diario se denuncian por colombianos afectados en otros países, me pregunto si el Estado tiene una Veeduría para hacer un seguimiento de sus funcionarios en el Exterior para medir su eficiencia.

Considero que las cosas no han cambiado mucho conocido el caso del periodista fallecido en Boston (Estados Unidos).

Creo que el gobierno nacional está en mora para “ponerse las pilas” como dicen los jóvenes de hoy, para saber a ciencia cierta qué hacen sus funcionarios en el exterior.