28 de marzo de 2024

Salvemos al río Medina

12 de agosto de 2009
12 de agosto de 2009

Pero “monstruos inquilinos del universo”, como reza un poema del poeta caldense, residenciado en Bogotá, Hermán Lema, han contaminado sus aguas con minería ilegal del oro en gran escala y uso de maquinaria pesada, en dos sitios de su recorrido: la vereda Barreto, en la circunscripción de Fresno, y Las Marías entre Fresno y Mariquita, con el agravante de que por sus vertimientos, están exponiendo la salud de los habitantes de sus riberas, visitantes nacionales y turistas extranjeros que frecuentan el ecoparque Cataratas del río Medina, establecido por el escritor caldense Bonel Patiño Noreña, un kilómetro antes de su desembocadura, con el fin de cuidar y preservar su rico reservorio ecológico.

El entorno del ecoparque tiene, además, un gran valor histórico, cultural y recreativo, no solo porque en él tuvo su comienzo el legendario y trágico romance entre la princesa Luchima, hija del cacique Marquetá de la nación de los gualíes y el conquistador español, capitán Antonio Hernández Viana sino por haber sido locación de varias películas y telenovelas, como la cinta italo – colombiana “Fuga”, protagonizada por Franco Nero y Rodrigo Obregón, o las telenovelas “Eternamente Manuela”, “Lolita” o la más reciente, “Doña Bárbara”; además de numerosas publicidades, como las de Susana Jiménez, la compañera de Carlos Monzón, el ex campeón mundial argentino de boxeo.

Por su parte,  el valor recreativo del Medina se finca no solo en la contemplación de su agreste belleza sino en el placer primordial de nadar en sus cristalinas aguas, numerosas caídas y piscinas naturales, tal como nos lo recrea el escritor Bonel Patiño Noreña en los siguientes versos:

“Cuando me sumerjo, desnudo, como si estuviera al principio de una creación, las aguas del río Medina tienen esa protectora calidez del líquido amniótico.

Descubrí, en ellas, que nadar es necesario. Volver a las aguas, esto es, al punto de partida.

En las cataratas del río Medina, formulé mi propio principio: Todo cuerpo sumergido en el agua es necesariamente bello.

Los cuerpos recobran su ingravidez. Y se siente que el espíritu es llevado por las aguas”-

Por eso es necesario salvar al río Medina de quienes, por la codicia del oro, no respetan ni las leyes de Dios ni las de los hombres. El poema de Lema “Civilizaciones” nos pinta desgarradamente esa conturbadora y perturbadora situación:

“Antes de los conquistadores, los indígenas lanzaban a los ríos, lagos y al viento, bellos dijes áureos de magníficas formas y maravillosa orfebrería para contento de las divinidades.

Hoy, civilizados, ofrendamos al agua vidrios, latas, plásticos y contaminantes, en sagrado rito de cultura y progreso.

Fatídico homenaje de los monstruos inquilinos del universo”.

Dele usted su mano, su voluntad y su voz, al río Medina. Ayúdenos a salvarlo.