28 de marzo de 2024

Un enfermo por los símbolos patrios

12 de abril de 2009
12 de abril de 2009

alberto chica

 

“El Negro” se embarcó hace diez años, por su cuenta y riesgo, completamente solo, en una empresa francamente quijotesca, sin ánimo de lucro, que apunta a defender los máximos íconos de nuestra nacionalidad y rescatarlos del olvido en el que los mantienen millones de indolentes compatriotas.

Para ponerle un marco jurídico a su utópico empeño, Chica constituyó la Fundación “Símbolos Patrios de Colombia”, que él preside por derecho propio. Se supone que por la escasez de presupuesto, en virtud de que don Alberto es el único aportante a la causa, oficia como secretaria ad-hoc su esposa Germania Giraldo. Su llamativa tarjeta de presentación lleva en las esquinas superiores el Escudo y la Bandera nacionales. Abajo, en un pequeño segmento de la partitura, saltan las negritas jugando en el alambrado, con el “Oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal”, la eterna estrofa de entrada del himno estrenado en 1887 con versos del poeta y regenerador cartagenero Rafael Núñez y música del italiano Oreste Síndici.

En desarrollo de sus minuciosos estudios que sobre el tema ha adelantado este colombiano enfermo por los tres símbolos de su país, ha habido tiempo y espacio para formularles propuestas editoriales a las academias de historia y para levantar un catálogo de críticas a los distintos gobiernos en la materia de sus desvelos.

Chica sostiene que el olvido ha permeado a todos los colombianos por culpa de los gobiernos y de las autoridades educativas. De estas últimas dice que por recomendación del ruso Michael Sivenco y el polaco N. Estachusky, enviados de la Unesco, en 1976, después de dos años dedicados a escarbar en los apolillados archivos del Ministerio de Educación, suprimieron en el plan curricular las clases de Historia Patria. ¡Craso error!

De acuerdo con el autor de “Símbolos Patrios”, en breve se procederá a la impresión de la obra que en sus diferentes capítulos incluye la presentación, la importancia de los valores en la educación, la historia de la Bandera, el Escudo y el Himno, y como complemento adicional para los docentes el Escudo de Armas de la República de Colombia, elaborado por el artista manizaleño Alfonso Quintero. Comprende, igualmente, el resultado de una investigación que va desde sus orígenes hasta nuestros días, con énfasis en todos los temas que han sido motivo de errores, inconsistencia y desacatos históricos de este ícono patrio tan controvertido porque muestra a un Canal de Panamá que ya no nos pertenece geográficamente.

Advierte que no se ha creado un nuevo Escudo Nacional sino que se le han hecho correcciones al Escudo Oficial, de acuerdo con los fundamentos, para enmendar los errores cometidos en agosto de 1955, cuando el doctor Enrique Ortega Ricaurte, miembro de la Academia Colombiana de Historia y presidente de la misma entidad, confeccionó y promulgó el que está vigente.

En carta a Contraplano, Chica habla de un supuesto desprecio a su trabajo de parte de la Academia de Historia de Caldas, institución que incumplió un compromiso para hacer la presentación y el lanzamiento de su investigación, en una acto especial, en Manizales. Vimos una carta fechada en julio de 2007, del presidente de la academia, Jorge Eliécer Zapata, en la que se le pedía señalar fecha, pero aquella preciosa oportunidad se malogró por razones desconocidas.

La apostilla: Para este infatigable defensor de los Símbolos Patrios, uno de los episodios más tristes se presentó una semana después de la inauguración de la Era Uribe, en agosto de 2002, al mandar a confeccionar el Presidente un nuevo Escudo de Colombia, sin seguir los conductos regulares, a su antojo, pasando por encima de las Leyes y la Constitución Nacional, tarea que estuvo a cargo de su asesor, el cotizado fotógrafo Carlos Duque, quien cobró por sus servicios al tesoro nacional veinticinco millones de pesos.